Hale, que acaba de cumplir 35 años, se siente muy cercana a unas raíces que se sitúan en Memphis. La ciudad del estado de Tennessee mantiene intacta esa vinculación tan propia de los estados del sur y del medio este de los Estados Unidos. Lo que se conoce como cultura western se materaliza en un sentimiento de libertad para la actriz, que también ha heredado de su familia la pasión por una estética relevante en el mundo occidental y sus formas de arte relacionadas. “Crecí muy cerca de Nashville y me encanta la música country. De hecho, las botas cowboy siempre han sido un básico en mi armario”, añade.
Con esos ingredientes, la naturaleza generosa y sencilla, y unas raíces estéticas que sintetizan un sentimiento de lo más sugerente, Hale ha codiseñado una colección en la que lo importante es la funcionalidad, así como la comodidad, pero también los atención por los detalles y los colores vibrantes: los verdes o los rojos, los tonos tierra, incluso el negro. “Todas las prendas presentan siluetas excitantes y con movimiento. Podrías llevarlas en el desierto, pero también en la ciudad. Y nos gustaría que quienes lo hiciesen apostasen por ellas en diferentes momentos y situaciones”, asegura. Porque los detalles florales o los guiños a la cultura western —como los flecos, la piel o las bolo ties— convierten estos diseños en obras de arte, en donde la artesanía es una pieza clave. Prendas que además tienen vocación de perdurar. “Siempre he apreciado las historias que se esconden detrás de las piezas vintage, así como los recuerdos que podrían atesorar. Yo misma invierto en diseños de calidad que llevo año tras año y que espero poder legar a mis hijos. Así que esta colección es como un tesoro que me gustaría preservar para siempre”, confiesa la intérprete.
