La boda en Ávila de Paula y Nacho: todo comenzó con un paseo por el campo
La historia de amor de Paula y Nacho es una de esas que nacieron en medio del toque de queda. “Nos conocimos un fin de semana de la postpandemia cuando aún existía el toque de queda y pasar un fin de semana completo con amigos era un regalo. Fue un plan que organizó por su cumpleaños una amiga que hoy tengo la suerte de que sea mi cuñada. De vuelta a casa, su hermano Nacho le dijo que yo iba a ser su mujer… pero yo aún no lo sabía”, nos cuenta Paula. Después de aquel día, hablaron un par de veces, pero terminaron pasando algunos meses hasta que decidieron dar el paso y atreverse a salir juntos. “Desde ese día, no nos volvimos a separar”, explican.
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Su relación iba viento en popa y fue entonces cuando decidieron pasar por el altar. “Siempre pensé que el día que ocurriese me iba a dar cuenta, creo que todas tenemos un sexto sentido para esto… pero la verdad es que Nacho supo sorprenderme”, confiesa Paula. La pedida llegó un martes cualquiera, mientras daban juntos un paseo por el campo. “Habíamos tenido varios viajes anteriores y podía ser más o menos esperado por esa fecha, pero desde luego esa tarde no estaba en mis planes”, asegura.
Finalmente, se casaron el pasado 29 de junio en Ávila. “Cuando nos prometimos yo tenía muy claro que me casaría en Madrid, siempre me lo había imaginado así, en la mejor ciudad del mundo. Pero con el tiempo, me acabé convenciendo de lo bonito que sería casarnos en el campo, y en un lugar tan especial como la finca familiar de Nacho, Venero Claro a la que vamos a volver siempre y poder recordar un día tan especial”, explica Paula. Así pues, la ceremonia religiosa se celebró en la Abadía de Burgohondo y el posterior convite en la finca familiar del novio.
El vestido de la novia: un diseño de estilo medieval de Navascués
Ya lo advertimos a finales del año pasado: las novias de 2024 se iban a derretir por los vestidos de estilo medieval. “Las novias con sensibilidad se apuntan a esta tendencia que centra su mirada en las túnicas, las mangas de ángel, las mangas perdidas, los escotes barco, los corpiños tipo corsé y el talle a la cadera en forma de U o V», comentábamos en aquel artículo en el que introducíamos esta tendencia.
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El vestido que eligió Paula para su día ‘B’, lo firmó Navascués, que remasterizó a la perfección esta tendencia creando un estilismo sencillo y elegante que define 100% a la novia. “Repetiría Navascués una y mil veces… aunque no tenía claro cómo sería mi vestido, pero sabía que sus tejidos y sus manos no iban a fallar”, confiesa.
