Su implicación va más allá de asumir conjuntamente la dirección creativa: “Nos interesaba mucho cómo es la toma decisiones cuando la visión creativa y la empresarial están juntas», sostienen. En este aspecto cuentan con el bagaje de Trías, que con su firma de moda homónima logró abrir mercados fuera de España. Tuvo que cerrar en 2013 pero, según explica, fue una experiencia previa esencial para su etapa actual en Delpozo. En cuanto a Mellado, describe su trayectoria como “un poco Frankenstein”. Centró su carrera en dirección de arte, pero sus inicios en teatro le valieron para profundizar en la construcción narrativa, una de las vías que más le lleva a este sector: “La moda hoy es como la ópera en el pasado, tiene esa consolidación de lenguaje plural que permite meter todas las artes en un mismo lugar”. Esta idea de fusionar disciplinas artísticas, propia del escenario de principios de siglo XIX, quizá sea la mejor metáfora para el sistema que han ideado. “Nosotros somos un híbrido entre una marca de moda y una plataforma de entretenimiento”, declara Trías poniendo al mismo nivel “el producto material” y el “producto experiencial”. Así, cada propuesta partirá de una historia que se contará tanto desde la moda como desde el contenido audiovisual, pero este también será independiente de la ropa. “Lo que diferencia una marca de moda de una casa de moda es poder vincularse a varios sitios, tanto comercial como artísticamente. La casa se une a otros territorios de forma orgánica, sin necesitar justificación”, apunta Mellado.
Obertura, su colección debut, es el mejor ejemplo de este planteamiento dual. Se trata de una propuesta cápsula de otoño-invierno, muy editada, disponible en exclusiva en Moda Operandi. No hay estampados, sino una textura visual que consiguen tanto con los tejidos como con las lentejuelas y los riquísimos bordados, elaborados explícitamente para colección. Ponen el foco en el bustier y los pantalones, y priorizan los coordinados, que prueban con prendas de otras marcas. “Si para tener algo de Delpozo hubiese que comprar el look entero, fracasaríamos porque no sería realista”, meditan. La forma que tuvieron de lanzarla el pasado 9 de septiembre en el Rockefeller Center de Nueva York fue a través de una película protagonizada por Tilda Swinton. En ella encarna a un personaje simbólico que vuelve a un jardín y lo hace renacer, en alusión al retorno de Delpozo. A la actriz llegaron a través de su estilista, Jerry Stafford, que vio la colección en su showroom de París y le encantó. Ella estaba en Madrid rodando el nuevo filme de Pedro Almodóvar, así que se alinearon los planetas. Se acercó varias veces a su estudio para probarse toda la colección. “El segundo día le echamos morro y le comentamos el proyecto. En el momento en el que Tilda escuchó la palabra ‘jardín’ dijo ‘I’m in’. El vídeo se volvió casi como una co-creación con ella”, reconocen. Su obsesión seguía una premisa concreta que se extiende a todos sus proyectos: tenía que ser leída al 100% como cine, no un fashion film o aún menos, una campaña.