Soy Gen Z y me fascina ‘Aquí no hay quien viva’: las razones detrás de este fenómeno

Aquí no hay quien viva: la serie favorita de la Generación Z

Todos los días son así, no podía imaginarlo cuando vine aquí. Solo buscaba algo de paz. Me despierto cada día en medio de un huracán”. Si has leído esto último al son de una melodía muy concreta en tu cabeza, es muy probable que formes parte de quienes vivieron (o continúan rememorando) los dramas por los que pasaban los vecinos de Desengaño 21, el edificio que daba vida a Aquí no hay quien viva (2003-2006). Una serie que, a pesar de haber finalizado hace ya 18 años, continúa muy presente en el imaginario colectivo y, sobre todo, en el de la Generación Z.

En la época de los revivals, reboots o remakes, una serie española de principios de 2000 continúa funcionando como el primer día (o incluso mejor) sin necesidad de un reencuentro de sus protagonistas, una recreación o alguna novedad para seducir a nuevas generaciones. Y no, La que se avecina (2007) no es una continuación de esta serie (aunque algunos de sus actores aparezcan en ella). “Me sorprende que me guste”, me confesaba una amiga el otro día y, al igual que ella, muchos jóvenes han convertido esta ficción en su serie de confort, esa a la que acudir para mejorar un mal día o por simple costumbre. Aquí no hay quien viva forma parte de las sitcoms (pero a la española, claro) que vemos una y otra vez, como ocurre con Friends o Cómo conocí a vuestra madre.

Inspirada en los tebeos de 13 Rue del Percebe, de Ibáñez, su trama principal está llena de costumbrismo y humor: refleja el día a día de los vecinos tan peculiares que viven en el edificio, de la buhardilla hasta la portería, rodeados de continuas referencias a la España de principios de los 2000. Y no solo eso, fue una de las primeras series en contar con referentes gays –y, además, tiene el título de la primera serie española en incluir una boda homosexual en sus capítulos–.

Aquí no hay quien viva en pleno 2024 tiene un gran hueco en las cuentas de los zeta en redes sociales como X o TikTok. Algunos veían la serie de pequeños (y continúan revisionándola hoy), otros se sumaron a este fenómeno con un maratón durante la pandemia. Comparten fragmentos de la propia serie o memes con referencias a sus personajes, pero todos ellos coinciden en algo: en el sentimiento de identificación con muchos de sus protagonistas: “Hoy me siento un poco Belén”, es una de las frases más recurrentes (un personaje que representa la más pura precariedad). O, también, el uso de clips para relacionarlos con el día a día o con símbolos populares de hoy, como Rosalía o Emily in Paris.

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