Una conversación entre Jean Paul Gaultier y su nuevo diseñador invitado, Ludovic de Saint Sernin

Ludovic de Saint Sernin será el octavo diseñador invitado de Jean Paul Gaultier. También, el más joven. En la época en que nació, en 1990, el enfant terrible por excelencia de la moda, que entonces tenía unos 38 años, había presentado su deliciosa colección Adam et Eve, Rastas Aujourd’hui, mediante esbeltísimos modelos, ellos y ellas, desfilando en pareja; caras de la talla de Helena Christensen y Rossy de Palma con trajes de colores, corsetería floral y conjuntos ‘cluberos’. Fiel a sí mismo, abundó el humor, la performance y los dobles sentidos que tanto escasean hoy en día.

De Saint Sernin, por su parte, que lanzó su marca en 2017 y tomó las riendas de Ann Demeulemeester durante una temporada el año pasado, diseña con base en la provocación y sus ideas liberadas de género y sexualidad dan vida a prendas que son a veces minimalistas, a veces glamurosas, a menudo a favor de piel. No hace falta esforzarse mucho para imaginarlo reinterpretando cualquier creación icónica de Gaultier.

Tomando el relevo de Nicolas Di Felice (y antes Julien Dossena, Simone Rocha, entre otros), de Saint Sernin será el primer diseñador invitado que incluya prendas masculinas. Esta será también su primera incursión en la alta costura, y aunque el desfile de primavera-verano no es hasta enero, tanta es la preparación que necesita que parece lógico que se haya saltado desfilar con su marca en esta última semana de la moda.

En exclusiva con Vogue desde la sede central de Jean Paul Gaultier, ambos diseñadores celebran el salto generacional que los separa y la felicidad que desprenden, ya sea comentando hitos pasados o planes de futuro, da cuenta de la afinidad que les une.

Jean Paul, ¿cómo descubriste el trabajo de Ludovic?

JPG: Solo conocía su trabajo, no a Ludovic personalmente. Siempre me interesa lo que hacen los nuevos diseñadores. Recuerdo que me sorprendí mucho cuando vi una de sus primeras colecciones, porque me pareció muy audaz lo que hacía con los hombres. Y me encanta que haga este tipo de provocación, porque al mismo tiempo es interesante, agradable y bonito. Así que ahí fue cuando dije: “Este va a ser bueno”.

Y Ludovic, ¿qué se siente al saber que estabas en el radar de Monsieur Gaultier?

LdSS: Pues no me lo creo. Creo que la primera vez que nos vimos en persona fue en el backstage de un concierto de Dua Lipa. Éramos como dos niñas disfrutando de un concierto increíble. Le dije lo mucho que le admiraba y enseguida surgió una conexión alucinante. Creo que lo que más me gusta de la moda es cuando creces inspirándote en un icono y de repente un día lo conoces… ¡y acabas trabajando con él! Es una sensación increíble saber que estamos haciendo esto y que tengo su bendición.

¿Cuándo empezasteis a hablar del proyecto?

LdSS: Quedamos para almorzar antes del verano y la conversación fue genial. Me dio la confianza para saber que podía hacer esto y formar parte de una casa tan increíble.

¿Cómo funciona realmente el proceso? Ludovic, ¿ya has empezado?

LdSS: Sí, ya he empezado. Estaba tan emocionado cuando nos confirmaron que se iba a hacer que enseguida empecé a dibujar. Me encanta dibujar y me tomo mi tiempo. Me gusta empaparme del espíritu. Y entonces, un día, estaba en mi casa haciendo bocetos y me dije: “Ya sé cómo lo quiero”. Y esa es la mejor de las sensaciones porque se te pone la piel de gallina: «Oh, esto va a cobrar vida, esta es la historia que quiero contar». Entregué los bocetos al atelier en julio y ahora estamos viendo los 12 primeros looks.

Quizá todo esto ha influido en tu decisión de no presentar desfile con tu propia marca esta temporada, ¿es así?

LdSS: Creo que quería dar lo mejor de mí. Y en parte puede ser por esto, sí, pero también es como si esta temporada me pidiera hacerlo así. De todas formas, sigue habiendo una colección [de Ludovic de Saint Sernin] y estoy súper emocionado porque es algo muy nuevo para mí; estoy probando cosas nuevas.

Jean Paul, después de ocho diseñadores, ¿dirías que este concepto funciona?

JPG: Sinceramente, sí. Funciona muy bien. Cuando me aparté, dije que quería que la casa siguiera sin mí. Pero coger a un solo diseñador… en fin, ¿a cuál? Esta idea la tuve hace mucho tiempo. Recuerdo cuando Christian Lacroix dejó Jean Patou [en 1987]. Ahí pensé que debería haber un diseñador para cada colección. Fui allí porque había sido asistente en 1972 y propuse la idea: contar con Vivienne Westwood, Romeo Gigli… la gente del momento. Y ya sabes cómo respondieron, tan franceses ellos: «Demasiado caro». En fin, así que después de aquello, me quedé con la idea porque así se ven diferentes interpretaciones, una evolución.

Pero creo que eso solo vale para una casa con unos códigos tan reconocibles como la tuya. Creo que hay que tener mucha historia detrás para que los diseñadores puedan adentrarse de verdad y entender la marca, pero también para que tengan material suficiente con el que jugar.

JPG: Exacto. Podría haber pecado de pretencioso; pero es un sueño poder contar con alguien con personalidad y con voz propia en lo que hace. Ludovic va a hacer lo suyo, pero para Gaultier.

Si pudieras diseñar una sola vez para otra casa, ¿para cuál sería?

JPG: Me habría encantado hacerlo en su momento para Saint Laurent. Ahora es demasiado tarde. Pero incluso para Chanel. La clave es incorporar algo que ya hable por sí mismo. Lo interesante es ver un universo ya hecho y ver cómo se une a otro universo.

Ludovic, ¿cuáles son tus primeros recuerdos de Jean Paul Gaultier?

LdSS: Creo que el primer recuerdo fueron los anuncios de perfume. De pequeño pensaba: “Vaya, qué bien te lo cuentan”. Y es moda, pero se convierte en parte de tu cultura. Una de las cosas que más admiro de Jean Paul es que es diseñador, pero también ha sido un agente cultural, de la cultura pop, y ha participado en causas en las que creía. Utilizó su voz para reivindicar, para divertir y para liberar a la gente. Y creo que si yo puedo hacer todo eso hoy es porque él lo hizo antes que yo. Saber que puedes ser tú mismo en la moda, que puedes tener tu propia voz y singularidad y estar orgulloso de ello. Atrajo a una comunidad mucho antes de que existiera Instagram y las redes sociales.

Muy bien visto.

LdSS: Es muy interesante esta conexión, porque él puso cara a su marca e hizo que la gente se comunicara directamente con él. He ido con él por la calle y la gente se le acercaba como si le conocieran. Y creo que es una forma muy generosa de enfocar el rol de un diseñador de moda. Y yo intento hacer lo mismo, emular ese espíritu. Así que creo que tenemos mucho en común.

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Jean Paul Gaultier, alta costura de otoño-invierno 2021/22, por Chitose Abe.

Alessandro Lucioni / Gorunway.com

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Jean Paul Gaultier, alta costura de primavera-verano 2022, por Glenn Martens.

Arnaud Lajeunie / Cortesía de Jean Paul Gaultier

Jean Paul, ¿cada diseñador te revela algo nuevo?

JPG: Desde luego que sí. Sacai es japonesa, así que obviamente aportó algo muy distinto. Cogió algunas de mis prendas y las deconstruyó. Glenn Martens hizo una colección preciosa, pero era más estricta. Yo, a veces, voy más por ese camino pero no se lee, por decirlo así, porque la orientación es demasiado diferente. Me pareció admirable lo que hizo. Cada diseñador ha aportado lo suyo, igual que lo hará Ludovic.

¿Le has enseñado ya esos bocetos?

LdSS: No…

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