En Las tres hijas, tres hermanas afrontan lo que son los últimos días de vida de su padre. Tres personalidades opuestas que se encuentran encerradas en un apartamento típicamente neoyorquino, pero sin el glamour de otros, hasta escuchar el último estertor de su progenitor mientras conviven con los pitidos del soporte vital. Azazel Jacobs –cineasta tras la deliciosa French Exit– dirige esta historia que es pura tragicomedia, a pesar de lo que puedan sugerir las primeras líneas de este texto. La vida, la reconciliación y la muerte se dan la mano en un camino teatral que brilla por la interpretación de sus tres protagonistas, Elizabeth Olsen, Natasha Lyonne y Carrie Coon.
Sin hacer ruido y, sobre todo, sin una campaña de promoción mastodóntica detrás llegó Las tres hijas a Netflix el pasado 20 de septiembre. Antes, se había presentado en el Festival de Cine de Toronto y había cosechado una ristra de buenas críticas. El largometraje estaba en todas las quinielas para colarse en las listas de lo mejor del año y así será. Acumula una buena cantidad de reseñas positivas en los principales agregadores, aunque es posible que no llegue a estar presente en la temporada de premios por ser un título quizá demasiado indie, experimental y pequeño.
Sam Levy/Netflix