Mi máscara de pestañas favorita no mancha, no deja grumos y no daña las pestañas
He probado infinidad de máscaras de pestañas a lo largo de los años; algunas se convirtieron en fieles aliadas de mi rutina de maquillaje cada mañana, otras no superaron la semana de uso, y tantas otras —la mayoría— pasaron sin pena ni gloria por mi neceser. Pero, en ese infinito historial que acumulo, nunca ninguna había conseguido conquistarme tanto como esta a la que ahora dedico estas líneas. Su nombre, Tartelette XL; sus características principales, no dejar grumos, fortalecer las pestañas y eliminarse tan solo con un golpe de agua tibia y un poco de mimos. Sin frotar, sin algodones, sin agua micelar y sin dejarnos en el proceso unas cuantas pestañas. Es más, es el único producto del género que he repetido hasta 7 veces (y las que están por venir). Lógicamente, un descubrimiento así tenía que compartirlo.
Tubing máscaras, la última revolución de la industria del maquillaje
Ya hablamos largo y tendido de las bondades de las tubing máscaras en este artículo, donde recalcábamos su característica principal: no maquilla las pestañas como tal, sino que crea una fina película a su alrededor. Ya lo anuncia su nombre: se trata de una especie de ‘tubos’ alargadores que envuelven y potencian las pestañas para aportarles una longitud XL, elevarlas y cuidarlas. “Con una fórmula muy resistente compuesta principalmente por polímeros, estas máscaras evitan que las pestañas se acartonen, aportando así una sensación de ligereza aunque visualmente tu mirada se vea más potente que nunca. Además, otra de las bondades de las tubing máscaras es que no dañan en absoluto el pelo, ya que el propio producto actúa como capa protectora”, escribía una editora de Vogue al respecto. Y qué razón.
Concretamente, esta incluye también niacinamida, biotina y pantenol, lo que se traduce en unas pestañas más gruesas, largas y flexibles durante 24 horas (aunque, recordemos, desmaquillarnos antes de irnos a la cama es fundamental). También, aunque solo se necesite agua tibia para desmaquillarlas, es resistente al sudor y no mancha las ojeras ni se cae con el paso de las horas, e incluye un goupillon de silicona 360° que recoge todas y cada una de las pestañas en una sola pasada. Por si hasta aquí no fuese suficiente, entre sus ingredientes encontramos, además de los ya mencionados, manteca de karité, que hidrata y acondiciona; aceite de ricino, que nutre y aporta brillo; y cera de carnauba, para una aplicación suave con beneficios visibles en cuanto a longitud y volumen. Con esta premisa, es tan lógico que me haya robado el corazón como que ahora mis pestañas se vean mucho más densas, pobladas y largas.