El rojo en un vestido es un color que siempre llama la atención y genera un impacto inmediato. Asimismo está cargado de simbolismo y de una energía poderosa que traspasa lo material. En muchas culturas, el rojo es un color que proyecta confianza, seguridad y autoridad. Era cuestión de tiempo que se consolidase entre los colores que componen la paleta cromática favorita de las insiders. Es un color que no pasa desapercibido y al mismo tiempo es elegante y atrevido. Por eso, muchos lo ven como una opción ideal para momentos en los que se quiere hacer una declaración de estilo o presencia.
El ADN de la firma Carolina Herrera se palpaba en la totalidad del diseño de la pieza. La parte del escote destacaba por se een forma de v e incorporar dos tiras que lo ajustaban a la parte del cuello. La falda destacaba por su longitud larga hasta los tobillos y por incorporar una abertura en la parte central que dejaba a la vista sus zapatos, unas sandalias de tacón fino también en rojo, cada vez que caminaba.
Para su look beauty optaba por los tintes desenfadados dejando su melena suelta y que sus ondas naturales cayeran sobre sus hombros. En cuanto al maquillaje, optó por un enfoque neutro que destacaba sus facciones naturales y se decantaba por los tonos marrones en las sombras de los ojos para marcar su mirada. La paleta de marrones son una elección excelente para resaltar los ojos de manera elegante y lograr un equilibrio entre lo natural y lo más elevado. Meghan demostraba que se puede jugar con los contrastes y acertar de pleno, en este caso la sofisticación de un vestido como su elección y los niveles de relajación que aportaban un peinado y make up como los suyos.
Alberto Rodriguez/Getty Images