“A Dana la descubrimos mientras paseaba con una amiga por la calle, en el centro de Madrid. En el caso de Carla, fue también en la calle, mientras regresaba a su residencia de estudiantes”, cuenta Federico Betancourt, scout (reclutador) de Next Models, agencia madre de ambas, que destaca además el perfil intelectual de las chicas. “Dana estudia economía y Carla matemáticas: ¿Quién dijo que las modelos son tontas?”, bromea.
No en vano, tal y como la propia Dana desgrana, ha pasado de estudiar economía con una vida muy estructurada a vivir en un mundo muy caótico donde un día está en Nueva York u otro en París corriendo por la ciudad de un casting a otro. “Ha sido un cambio muy grande pero me encontraba muy a gusto en él. Ha sido una experiencia única en la que he podido conocer el otro lado de la moda y todo lo que tiene detrás de lo que vemos nosotros en pantalla. Ha sido intenso pero divertido, y espero con ganas la próxima semana de la moda”, destaca la modelo, que debe su nombre a sus orígenes hispano-americanos.
Carla, por su parte, subraya el contraste entre ambos mundos. “Un día estoy en la facultad, en clase de cálculo y al siguiente estoy en Milán desfilando para una marca del calibre de Gucci. Mi Carla de 17 años no daría crédito, antes viendo los desfiles desde el iPad y ahora formando parte de ellos”.
Pero, ¿cómo se pasa realmente de la calle a la pasarela? Betancourt explica que, aun después de ser descubiertas, el proceso hasta llegar a lo más alto es difícil. “Cada temporada, los directores de casting y las firmas ven a cientos de chicas nuevas, y es muy complicado que les den un lugar entre las modelos ya consagradas. Las chicas viajan a las capitales de la moda y pasan por un gran número de castings hasta que son seleccionadas. Siempre decimos que hasta que la modelo pisa la pasarela, nada está confirmado”.
Sin embargo, en el caso de ambas ese trato se confirmó. Y de qué manera. Porque mientras Carla desfiló en exclusiva para Gucci, Dana debutó en Proenza Schouler y continuó con Valentino, Jason Wu y Chloé. “Cada marca tiene su propio estilo, y cada temporada se busca un perfil que encaje con la colección. Lo que les funciona una temporada, puede cambiar a la siguiente, y crear un casting muy diferente”, explica el scout en referencia a ese je ne sais quoi que tanto ansía la industria. Un algo que, sin duda, ambas modelos encarnan, cada una a su manera. “Dana es medio americana y medio española, y ha vivido varios años en París. Al principio es callada y tiene un aura misteriosa, pero en realidad es súper divertida y tiene un talento innato para posar”, cuenta Betancourt. “Carla, por su parte, es gallega, en concreto de Santiago de Compostela. Le encanta la moda y tienen un carácter increíble, súper dulce y amable con todo el mundo”, continúa.
Un carácter, que según enfatizan desde la agencia, es clave a la hora de destacar. “Hay muchas modelos y mucha competencia en la industria, lo más importante es que tenga personalidad, y algo que la haga especial”, incide el experto. Ellas, por su parte, continúan todavía en la nube de quien no acaba de creerse todo lo vivido las últimas semanas. “He disfrutado cada segundo. No se me borraba la sonrisa de la cara, daba igual cuanto hubiera madrugado, lo cansada que estaba o el trabajo que me quedaba por hacer. Me quedaba incluso más tiempo si era necesario”, recuerda Carla. En la misma línea, con la ilusión por bandera, habla también Dana: “Durante este mes he conocido a mas gente nueva que en toda mi vida, creativos, directores de casting, diseñadores, agentes… Durante la semana de la moda, las mismas personas se reúnen de todos los lados del mundo y comparten su día a día juntos. En cada esquina de la ciudad vuelves a encontrarte con conocidos, amigas con las que compartiste piso en Nueva York, amigas que hiciste tu debut, amigas que te hiciste en esos castings que duraban horas. Cada día era un nuevo reencuentro”.

