Hay un momento en que parece que las cosas han sido siempre así y no tendrán marcha atrás. Conoces la historia y las veces en que el mundo se volvió contra sí mismo, pero te dices como si fuera verdad que algunos fantasmas no volverán nunca. Porque es imposible y porque todavía hay diferencia entre el optimismo y la ingenuidad. Sin embargo, luego te preguntas por qué se publican tantos libros que aborden la muerte de las democracias si las democracias eran ese estadio que, una vez consolidado, resultaba indestructible.
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Respetar RTVE | Opinión | EL PAÍS
Mié Oct 23 , 2024
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