Los mocasines Plume de Bally son una proeza de comodidad, ligereza y estilo
Apelan a fashionistas y no fashionistas por igual: imagínate en el típico momento de pánico rebuscando en el armario, con el teléfono sonando a tope y tu amiga esperando impaciente en el coche delante de tu casa: “¿Dónde estás? Llegamos tarde”. El look está listo, llevas puesta hasta la chaqueta. ¿Y qué es lo que falta? Cómo no, los zapatos. La elección es difícil: ¿comodidad o estilo? ¿Y si, después de un capuccino en la cafetería del barrio, surge una cita de negocios, o una velada improvisada en el club de moda? Todas estas posibilidades (algo disparatadas, pero posibilidades al fin y al cabo) pueden poner nerviosa a cualquiera, incluso a la creadora de tendencias más enterada. Pero solo hay una respuesta: llevar algo cómodo, dinámico y, sobre todo, cool. Echando un vistazo a Instagram, no nos cabe duda de que se trata de los mocasines Plume de Bally.
Desde 1851, Bally nunca ha dejado de combinar tradición e innovación, comodidad y elegancia. Sus detalles son preciosos y contribuyen a crear auténticas obras de arte, comodines elegantísimos imprescindibles en tu armario. Con el mocasín Plume, Bally ofrece su propia interpretación del icónico zapato náutico, el modelo perfecto para calzarse siempre. El look es ahora casual y clásico, pero no excesivamente formal.
Elegancia y comodidad se combinan armoniosamente, por lo que estos zapatos no solo son bonitos, sino también prácticos. De hecho, su producción se basa en un proceso artesanal que fusiona tradición e innovación. El procedimiento requiere tiempo y precisión: cada par de zapatos es el resultado de la atención al detalle y de una cuidadosa selección de materiales, especialmente cuero refinado y tejidos de alta calidad. Obra maestra del confort, la flexibilidad y la ligereza, los mocasines Plume están hechos a mano invirtiendo la estructura Goodyear: llevan el forro cosido como un guante por fuera, alrededor del ribete, y a la parte superior. La puntera redonda y las piezas metálicas doradas hacen aún más bonito este zapato, y la suela de goma inyectada, ligera y versátil, garantiza la comodidad durante todo el día.
Bally tiene a la venta diferentes versiones de este diseño, desde las más clásicas, en cuero negro o marrón, hasta los elegantísimos de ante o (novedad esta temporada) con colgantes de campanas plateadas para anunciar su dulce llegada. Elegantes y minimalistas, son perfectos para el día y la noche, tanto para looks arreglados como informales. La estética es clásica y limpia, sin estridencias ni logotipos. El de piel negra es la elección ideal para un confortable conjunto otoñal con leotardos y calcetines de colores. Blanca Miró lo lleva con un vestido negro y un jersey de cuello redondo en tonos cálidos. La alternativa más fresca es a pierna descubierta: con pantalones cortos elegantes y cesta de rafia en la mano: ¡ese crucero nunca ha estado tan cerca!
Marta Oldrini, editora de compras de Vogue Italia, lleva el referido modelo de mocasines Plume de piel negra con campanas colgantes plateadas. Lo combina con una falda midi y calcetines grises: no hace falta más. El detalle metálico crea un bonito contraste con la ligereza de los zapatos. Los colgantes se extienden por todo el zapato a través de arandelas. Este toque innovador crea un efecto sonoro y visual muy especial: las campanitas se mueven a cada paso, como diciendo: “¡Ya estoy aquí!”. No pasarás desapercibida.
