Perfumes efecto segunda piel: qué son y por qué gustan tanto
Para gustos (en perfumes), colores. Por eso hay infinidad de olores que provocan una infinidad, aún mayor, de reacciones. Sin embargo, aunque prefiramos un tipo de olor u otro, a un perfume siempre solemos pedirle lo mismo: que dure y que deja cierta estela, de esa que hace que te pregunten en el ascensor qué fragancia llevas. Y para ello, hay un gesto icónico para aplicarlo inventado por la casa de moda Prada. La firma italiana, de la mano de Daniela Andrier, es la creadora de una de las colecciones de perfumes efecto segunda piel más icónicas. Hablamos de Les Infusions, una familia de esencias que primero nació como una línea nicho un tanto opulenta que luego se suavizó –a petición de la dirección– con un toque más veraniego. Y, sobre todo, basado en la esencia que conocemos hoy en día y que es la seña de identidad de todas las fragancias de la colección: recrear el aroma de la piel. “Los perfumes con efecto segunda piel son aquellos que en su composición cuentan con ingredientes sutiles, notas almizcladas sobre las que reposan el resto de matices aromáticos de la composición. El tema almizcles en la historia de la perfumería da para un capítulo entero, pero por ir el grano, en la actualidad estas notas son redondas, suaves y sensuales”, explica a esta cabecera Odile González-Colaçó, Retail Education Manager de Prada. Precisamente por eso, suelen ser aromas universales que gustan a lo largo y ancho del planeta. Porque aunque sabemos que el tema de los perfumes es algo muy cultural, si hay algo que todo el mudo busca, en cualquier parte del mundo, es poder olerlos a lo largo del día (más o menos intensamente). En el caso de Les Infusions de Prada (bestseller en España) su base almizclada y cítrica permite realzar el aroma de cada piel y lograr un olor más personal que luego se combina con el ingrediente protagonista de cada versión. En tota, hay 10 fragancias con la misma base almizclada pero cada una de ellas asociada a un protagonista olfativo como el jengibre, la rosa, el cedro…
El gesto para aplicarlos y dejar estela
A la hora de vaporizar estos aromas efecto segunda piel, perfumarse en triángulo es una apuesta segura para dejar estela y que el perfume se deposite en las zonas calientes que aseguran su duración. “El gestual de perfumado en triángulo en realidad es un guiño al emblemático logo triangular de la marca, es verdad que además favorece un perfumado adecuado porque al ‘abrir’ en los laterales del cuello, hombros o pecho evitamos vaporizar justo debajo de la nariz y que se sature el olfato”, explica la experta de Prada, que aconseja también que el triángulo se haga más grande si se quiere aumentar la intensidad de la fragancia usada. De hecho, este gesto recuerda también a otro clásico que inventó Thierry Mugler: la nube de perfume. El diseñador creó este ritual para, en lugar de dirigir el spray del perfume hacia uno mismo, se rociase delante de la persona para, acto seguido, traspasar esa nube de perfume creada.
Otro truco infalible (de abuela)
Puestos a hablar de gestuales de perfumado, González-Colaço confirma la efectividad de ciertos clásicos: “Los perfumes segunda piel suelen ser íntimos y resultan sensuales. Por ello las zonas de pulso (cara interna de las muñecas, de los codos…) son zonas muy adecuadas para estas fragancias. Y un gesto que a mí me encanta: perfumar detrás de las rodillas, así desprendemos el aroma de nuestra fragancia al caminar”.