La boda en Menorca de Claudia y Nil
Claudia y Nil se conocieron hace 15 años en Mallorca. “Me fijé en él porque me encantó su cara y su look. Yo tenía 19 años y, por aquel entonces, no era muy común ver a gente de mi generación tatuada hasta el cuello. Nil tenía un look muy agresivo, pero unas facciones muy dulces, me fascinó el contraste. En ese momento ya le había echado el ojo para siempre”, así es como define la novia, fundadora y directora creativa de la agencia Studio Albons, la manera en la que conoció a Nil, tatuador y pintor de profesión.
Su amor se cocinó a fuego lento y se fue fraguando con el tiempo. “Empezamos siendo amigos, compartiendo gustos por el cine, la música rock, la estética dark… Rápidamente nos dimos cuenta de que nos gustábamos mucho, sin embargo no fue hasta después de varios años que comenzamos a salir. Desde ese momento no nos hemos vuelto a separar y hace casi 9 años”, cuenta Claudia.
Nil le pidió matrimonio a Claudia en la intimidad de su hogar. “Es una persona muy reservada, entonces la pedida fue una noche de diciembre en nuestra casa. Estábamos los dos solos, fue muy bonita y emotiva. Después fuimos a cenar a nuestro restaurante favorito”, recuerda la novia.
Espe Perelló
Espe Perelló
Finalmente celebraron su boda en La Fortaleza de la Mola, en Mahón, el pasado 12 de octubre. “La inspiración principal fue la estética de películas como ‘Eyes Wide Shut’ de Kubrick, ‘Drácula’ de Francis Ford Coppola y algunos toques de ‘Saltburn’. Queríamos que la boda reflejara nuestro amor por todo lo misterioso, lo romántico, lo gótico y decadente”, cuenta la pareja.
“Siempre supimos que no íbamos a ser una pareja de novios convencionales, empezando por el vestido rojo de Claudia, tanto el principal como el segundo vestido, ya que, el rojo representa mucho mejor su personalidad y cómo se siente ella como mujer. El rojo es pasión, fuerza, seducción, amor… El traje de Nil también tenía un aura muy elegante y clásica, de color negro impoluto. El color con el que siempre se ha sentido más identificado y que más le caracteriza a la hora de vestir”, cuenta la pareja sobre la estética de sus looks, que entonaba a la perfección con la decoración que eligieron. Nil y Claudia apostaron por tonalidades como el rojo borgoña contrastado con tonos vainilla y negro que teñían centros de flores, bodegones de frutas, telas de punto de seda y muchísimas velas y candelabros.