¿Qué es el ácido tranexámico y por qué hay tanto furor por él?
El ácido tranexámico es un viejo conocido para los dermatólogos pero al mismo tiempo es el hype en materia de activos dermatológicos para el resto de los mortales. Si bien para los expertos no hay novedad sobre su eficacia –previene y trata manchas y problemas de pigmentación–, la realidad es que este activo ha empezado a generar más interés de lo normal entre consumidores y fieles de Google. Tal y como se afirma en el Trends Report 2025 de Beauty Pie, va a ser la segunda gran tendencia para 2025, en parte, por un incremento del 107% de su interés en la última mitad de 2024, por encima de otros activos como la niacinamida o el ácido azelaico (este informe está realizado en base a las búsquedas de Google y el análisis de las tendencias en redes sociales que hacen los expertos en belleza de la plataforma Beauty Pie).
Hasta aquí, el fenómeno social de este activo. Porque si recurrimos a los dermatólogos, el furor en la red parece totalmente justificado. “El ácido tranexámico es un derivado sintético de la lisina que actúa inhibiendo la activación del plasminógeno, una proteína clave en la degradación de los coágulos de sangre y en la inflamación. En dermatología, se ha descubierto que tiene un potente efecto despigmentante, ya que interfiere en la vía que activa la producción excesiva de melanina, responsable de las manchas oscuras en la piel”, cuenta el dermatólogo Carlos Morales Raya, director de la clínica que lleva su nombre. El experto confirma que si bien se descubrió en los años 60 cuando era utilizado para controlar hemorragias, ha sido décadas más tarde cuando se observó que algunos pacientes tratados con ácido tranexámico por otros motivos mostraban una mejora en la hiperpigmentación de la piel.
Por qué es un activo despigmentante interesante
Morales Raya nos confirma que es uno de los activos más eficaces para tratar manchas relacionadas con procesos inflamatorios como el acné o temas hormonales como el melasma, que es especialmente difícil de tratar. “Además, tiene la ventaja de ser muy bien tolerado, incluso en pieles sensibles o que no pueden usar otros despigmentantes más agresivos como los hidroxiácidos”, explica. Sin embargo, es importante la puntualización que hace el experto a la hora de pretender elevarlo al podium de los mejores. “No existe un mejor activo único para las manchas. Lo ideal es un abordaje multifactorial: combinamos el ácido tranexámico con otros ingredientes como niacinamida, ácido kójico o vitamina C, dependiendo de las necesidades del paciente. También solemos complementar con tratamientos en consulta, como láser, peelings, mesoterapia, microneedling o tratamiento oral en determinados casos”, explica.
Para qué sirve y cuándo lo recomienda los dermatólogos
- Para tratar melasmas, manchas que pueden salir en el embarazo o por otros temas hormonales (suelen aparece en labio superior, mejillas y frente).
- Para tratar marcas de acné. “Lo usamos en pacientes con hiperpigmentación postinflamatoria, como las manchas que quedan después del acné o tras procedimientos médicos”, explica el doctor.
- En pieles con rosácea e hiperpigmentación asociada ya que actúa sobre el componente inflamatorio de la misma.
- Como alternativa para personas que no toleran otros despigmentantes más agresivos. “Tiene un perfil de seguridad excelente y no sensibiliza tanto la piel al sol”, apunta el doctor.
- Para tratar ojeras oscuras marrones y mixtas. También es útil para tratar las ojeras oscuras pigmentadas que se producen por exceso de melanina o inflamación “Los estudios sugieren que puede aclarar las ojeras con el tiempo, reduciendo la profundidad del color y haciendo que la piel debajo de los ojos se vea más uniforme y luminosa”, señala el experto.
¿Qué tipo de cosméticos suelen contener ácido tranexámico?
Este ácido es muy versátil y puede encontrarse en diferentes formatos, pero es importante consultar con un dermatólogo para optimizar sus posibilidades, sobre todo si se quiere combinar con otros activos. Lo más habitual es usarlo en ese tipo de cosméticos:
- Sérums y cremas de noche, ya que así se potencia su efecto mientras la piel se regenera.
- En cremas para el contorno de ojos, normalmente a una concentración menor.
- En tónicos faciales que buscan igualar el tono de la piel.