“De verdad que no me lo esperaba. Estoy en shock ahora mismo. Llevo haciendo esto mucho tiempo, más de 45 años, y es la primera vez que gano algo como actriz”. Con estas palabras comenzaba Demi Moore su discurso tras ganar su primera estatuilla en los Globos de Oro 2025. Tres nominaciones a estos galardones –entre ellas, una por su celebérrima interpretación en Ghost y otra por su papel en la película televisiva Si las paredes hablasen–, y la victoria y el merecido reconocimiento como profesional le ha llegado a Moore por fin a sus 62 años.
Compartía nominación a Mejor actriz de comedia o musical con nombres mucho más nuevos que el suyo teniendo en cuenta sus cuatro décadas en la industria (concretamente, con los de sus compañeras Mikey Madison, Cynthia Erivo, Karla Sofía Gascón y Zendaya), y ha sido ella la que ha visto este año como su carrera daba un giro de 180 grados después de que aceptara casi al instante participar en la fascinante La Sustancia de Coralie Fargeat. Una cinta a la que, por cierto, la actriz catalogó en una entrevista con esta cabecera como un proyecto que indagaba en temas muy hondos y necesarios, como “la relación que tenemos con nosotros mismas, la que tenemos con el resto del mundo y, obviamente, con nuestro cuerpo”.
En esta línea, acerca de la autopercepción, de la autoestima, y de todo ese concepto que, lo denominemos como lo denominemos, nos hace dudar de nosotras mismas, Demi Moore nos regalaba en su discurso un canto liberador, cuyas valiosas palabras merecen este y otros mil premios más. “Me siento muy honrada y agradecida. Hace 30 años, un productor me dijo que era una ‘actriz de palomitas’, y pensé que eso significaba que esto era algo que no se me permitía tener. Que podía hacer películas muy exitosas y que dieran mucho dinero, pero que yo no iba a ser reconocida. […] Llegó un momento en el que pensé que eso era todo, que quizá estaba completa y que había hecho lo que se suponía que tenía que hacer. Y mientras estaba en un punto bajo, apareció un mágico, atrevido, valiente y muy loco guion llamado La sustancia. El universo me dijo que no estaba acabada, y estoy muy agradecida a Coralie, por confiar en mí, y a Margaret (Qualley) por ser mi otra mitad”, sentenciaba emotivamente la intérprete.
Y después de vivir un año frenético, en el que ha conseguido ganarse de nuevo los aplausos de toda la industria, Demi es más Demi que nunca. Demi trata de olvidar el escrutinio y las múltiples críticas que ha sufrido en varias ocasiones acerca de su físico, los cientos de titulares que han llenado sus antiguos matrimonios, y todo se centra ahora en su profesionalidad, a través de la que nos mueve con papeles tan excelentes como el de Elizabeth Sparkle en La sustancia y a partir de la que nos ha regalado unas sabias líneas que todas debemos escuchar. “En esos momentos en los que pensamos que no somos lo suficientemente inteligentes, guapas, delgadas, exitosas o, simplemente, que no somos lo suficientes, una mujer me dijo: ‘nunca serás suficiente, pero puedes saber lo que vales si dejas de usar la regla para medirte’. Y hoy celebro esto como una prueba de mi totalidad, del amor que me mueve, y del regalo que es hacer algo que amas y que te recuerda que perteneces”.
