El perfume “de mujer” que usaré sin parar este año
Fue un regalo de Navidad y, desde entonces, no hubo día en el que no me hubiesen parado por la calle para preguntarme por mi nuevo aroma —independientemente de que fuesen las 21:00h y me lo hubiese rociado a primera hora de la mañana—. Esto, por supuesto, era un claro indicativo de lo que ya imaginé en cuanto rompí el papel de regalo y vi la reconocible firma en su packaging: APOM de Maison Francis Kurkdjian no solo sería mi fragancia más duradera, también mi nuevo perfume favorito de 2025.
Su creador, uno de los perfumistas más reconocidos de nuestra época, es también el artífice de la fragancia más viral y deseada de los últimos años: Baccarat Rouge 540. Sí, hablamos de un perfume recurrente en las letras de Bad Gyal y su favorito indiscutible según ella misma reconoce, pero también de otras célebres cantantes del panorama actual, como Belinda u Olivia Rodrigo. Esta última, por cierto, le declaró abiertamente su amor en una entrevista para GQ: “Es mi perfume favorito. Es buenísimo. Antes de oler Baccarat Rouge 540 no me gustaba mucho usar perfume, pero cuando lo olí pensé que era para mí. No me gusta oler a caramelo o a flores, pero con este perfume podrías oler así de forma natural si fueses un ángel o algo parecido”.
Con esta premisa sería lógico presuponer que mis ansias por hacerme con la última creación de una de las narices más selectas del panorama mundial hubiesen nublado mi juicio, pero no era el caso: APOM es, por méritos propios, uno de los más originales y especiales de mi colección. Un más que digno sucesor de la creación más viral de los últimos tiempos.
Un aroma personal e irrepetible
Kurkdjian lo define como “una conversación entre el alma y la piel, una huella carnal con una estela luminosa y generosa. Una parte de uno mismo que se deja a los demás”, y de ahí su nombre: APOM (A Part of Me). Y es que este perfume cobra vida en su primer contacto con la piel, y evoluciona fundiéndose con esta y revelando sus mil y un matices ambarinos y florales según pasan las horas. ¿La clave de su éxito? No huele como ningún otro, es unisex (aunque se adscriba en la categoría de perfumes de mujer) y se muestra diferente en cada persona y en cada piel. Es pronto para confirmarlo, pero apostaría a que Bad Gyal tiene ya un nuevo favorito en su tocador.
El regalo perfecto para compartir con tu pareja
Al igual que algunos pintores, escultores y escritores practican el pentimento —nombre con el que se conoce al proceso de alterar una obra de arte ya existente—, el perfumista ha revisado su propio proceso de composición sintetizando dos de sus obras creativas más reconocidas en una sola. Así, este perfume, por mucho que a priori pueda parecer femenino, no deja de ser una mezcla entre una fragancia masculina y otra femenina ideadas en los inicios de la Maison allá por 2009, dando como resultado una creación sin género concreto. O lo que es lo mismo: aunque personalmente no pienso compartir este perfume con nadie, podríamos estar hablando de la fragancia perfecta para usar en pareja y definir una relación única, con un aroma único.
Un aroma de 9:00 a 21:00
Si nos preguntamos a qué huele, la misión se complica. Definir un perfume es para el común de los mortales casi imposible, más allá de poder establecer ciertos paralelismos para ejemplificarlo. En este caso, las similitudes podrían corresponderse con un jardín de lavanda y azahar en primavera, con las notas cítricas de un limonero, con la dulzura de la vainilla en su estado natural o con un campo abierto de flores blancas, todo con un toque empolvado, potente y elegante como pocos. Quizá por esa variedad de acordes se trate del perfume perfecto para llevar de 9:00 a 21:00; porque no resulta pesado ni excesivamente intenso en un primer momento, pero se mantiene intacto con el paso de las horas y está a prueba de jornadas infinitas —una servidora puede dar fe de ello—. Ya sea para ir a la oficina, para un brunch con amigas, para una cita especial o para un evento importante, este perfume es indiscutiblemente un acierto asegurado. Señoría, no hay más preguntas.