Gracie Abrams, o el ascenso de lo ‘effortless’ en las alfombras rojas

Gracie Abrams ha confirmado el retorno más deseado de la temporada a los eventos de gala: los ‘dress codes’ más relajados

Aunque las galas siguen siendo el momento deseado por las celebridades para vestir piezas de los diseñadores más importantes del mundo que se acercan casi a la faceta de obras de arte, la otra cara de la moneda existe. Personalidades como Lana del Rey posando en un photocall hace unos meses con un jersey y unos pantalones de pinzas o el look más reciente de Gracie Abrams en la pre-gala de los Premios Grammy 2025. Si algo deja claro la temporada de premios y eventos cada año, es que las reglas están para romperse o, al menos, para ser interpretadas por cada cual. Y nadie lo ha demostrado mejor que Gracie Abrams, quien ha confirmado el retorno más deseado por las nuevas generaciones entre otras la Gen-Z: la relajación de los códigos de vestimenta en las galas.

Hasta hace relativamente poco llevar un vestido de punto a un evento de este calibre se nos hacía inconcebible. Ha dejado de ser el caso. Ahora ya no solo no nos parece algo desorbitado, sino que nos atrae considerablemente. Cuando allá por 2010 nuestras estrellas Disney favoritas, como Miley Cyrus, Selena Gomez, Vanessa Hudgens o Hilary Duff, posaban con sus vaqueros pitillo, bailarinas y camisetas cropped superpuestas a otras sobre las que colocaban cinturones XXL, todo nos parecía genial. Los códigos se endurecieron hasta el nivel de ver a Dua Lipa bromeando con su vestido de Schiaparelli durante la gala de los Globos de Oro 2024 por no poder sentarse a cenar. Han cambiado los tornos y volvemos a principios de siglo. El punto, los pantalones e, incluso, las zapatillas han llegado para desbancar a los diseños imposible, o al menos a convivir con ellos. Las alfombras rojas, otrora escenarios de rigurosas normas, han dado paso a una nueva era de libertad estética.

La joven cantautora y musa del momento, Gracie Abrams, ha sido una de las abanderadas de esta idea, desafiando los cánones tradicionales con su enfoque despreocupado en forma de vestido de punto. Abrams supo equilibrar la elegancia con la comodidad, marcando así un punto de inflexión en el vestuario de gala sin prescindir de la sofisticación que un evento de estos niveles lleva intrínseca en su razón de ser. El carácter artesanal que incorporaba la pieza que portaba también funcionaba como guiño a uno de los valores que más premia nuestra generación: el savoir-faire. Con un gran lazo que marcaba su cintura en color negro a juego con sus stilettos, la cantante ponía la guinda a un estilismo digno de admiración.

El auge de los dress codes relajados responde a una clara evolución en la moda contemporánea hacia puertos en los que la autenticidad es la moneda de cambio más valiosa. Las nuevas generaciones buscan expresarse sin restricciones impuestas por normativas rígidas y lo demuestran a la hora de escoger atuendos en momentos de máxima visibilidad. En este contexto, la presencia de blazers sobre vestidos lenceros, las zapatillas combinadas con atuendos de alta costura, trampantojos de vaqueros en en tejidos de seda o los pantalones de sastre con camisetas con mensajes se han convertido en los códigos del lujo moderno.

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