¿Qué ha supuesto Goop, de Gwyneth Paltrow, para la industria del bienestar?

Goop o cómo iniciar una conversación diferente de bienestar cuando nadie lo hacía

Espero con ilusión que llegue a mi bandeja de entrada la newsletter de Goop, esa en la que Gwyneth Paltrow hace reflexiones sobre bienestar, recomienda direcciones, comparte recetas, incluye varios botones de compra con algunos de los bestseller de su marca de belleza y firma con “amor” para que conste que ella está detrás de esa selección tan curada de cosas inspiradoras. Siempre saco algo en claro, sobre todo en el terreno del bienestar. En la era de las newsletters editoriales, no es fácil que una de las muchas a las que nos suscribimos genere expectación e ilusión a partes iguales antes de que se cuele en las saturadas cuentas de correo electrónico que manejamos. Lo mismo me ocurría con su blog allá por 2008, cuando los blogs eran las newsletters de 2025 y suponían una especie de ventana hacia el mundo interior de muchas personas que hasta la fecha nunca habían tenido esa comunicación tan directa y sincera. Gracias a Gwyneth aprendí las ventajas del archiconocido dry brushing mucho antes de que se convirtiera en tendencia. Y reflexioné sobre lo malo que es mirar el móvil al despertarse. “Es como si llenaran tu dormitorio de cosas”, decían Gwyneth y su invitada Kourtney Kardashian en un podcast al respecto publicado en ese cuaderno de bitácora que fueron los inicios de Goop. Por cierto, tal y como se explica en un extenso artículo de The New York Times en el que se analiza el fenómeno, el nombre de Goop no solo se corresponde con las iniciales de la actriz. La doble OO que las separa es porque “alguien le dijo a la actriz que todas las empresa exitosas en internet tenía esa doble O”. Y la realidad es que su imperio ahora tiene múltiples patas: su newsletter, un proyecto wellness con diferentes facetas y una marca propia de cosmética. La diversificación del negocio era esto.

Pero si nos ceñimos a su aportación al terreno del bienestar, en el concepto más amplio de la palabra, no solo de velas con olor a vagina vive el imaginario de bienestar holístico que ha configurado Gwyneth con éxito (y críticas en ocasiones). Ha llovido mucho desde que en 2008 decidiera convertir en newsletter toda esas recomendaciones que atesoraba tras preguntar en los sets de rodaje de las ciudades en las que trabajaba (en el caso de las prescripciones de estilo de vida) y las que compartía en el terreno del bienestar en un momento en el que la belleza no se abordaba como lo hacemos ahora. Como dice Anabel Vázquez, periodista y cofundadora de Laconicum, “Gwyneth Paltrow caminó para que nosotras pudiéramos correr. Lo que hizo es transformar una industria muy centrada en la cosmética en algo muchísimo más amplio, interesante a nivel de negocio y que conectaba con la sensibilidad de los tiempos. Ahora hablamos con mucha soltura de bienestar, pero hace 15 años no se hablaba de ello. Goop introdujo ese concepto en la conversación cosmética, casi también en la conversación popular. Agitó la industria y abrió una puerta que estamos siguiendo todos. Fue una visionaria”, explica Vázquez. Y es que ahora, en ese escaparate de cosmética nicho en España que se ha convertido Laconicum, ya se pueden comprar los productos de belleza Goop. Una alianza lógica a la que dan su bendición todos los expertos en bienestar.

Gwyneth Palatrow es irónica y valiente (y ha dado mucho de qué hablar)

La trayectoria de Goop y de Gwyneth no ha estado exenta de polémica, sobre todo en los últimos años cuando el sector del bienestar estaba más copado y había que diferenciarse de alguna manera. Como explicó la propia Gwyneth en una de sus series de Netflix vinculadas con Goop –The goop lab with Gwyneth Paltrow–, “cuando empecé en 2008 mi vocación era algo más que liarme con Matt Damon en la gran pantalla”, bromeaba. Y precisamente porque quería salirse del registro de actriz y compaginarlo con su vocación por el bienestar y lo que ella llama “optimización de uno mismo”, se embarcó en uno de los proyectos más comentados de los últimos años, con luces y sombras. Precisamente el primer capítulo de esta serie, bautizado como “viaje curativo”, aborda la psicoterapia psicodélica, lo que cosechó críticas y hasta artículos universitarios de análisis al respecto (uno de ellos de la Universidad Carlos III de Madrid bajo el título Pseudociencia en Netflix: análisis de The goop lab with Gwyneth Paltrow).

Polémicas aparte, la realidad es que la actriz ha sabido siempre generar conversación en torno al bienestar y abrir unos cuantos melones cuando nadie la hacía. Y eso la ha convertido en referente para muchos. “Siempre habrá una generación de mujeres para las que Gwyneth sea como una vieja amiga excéntrica o una diosa gurú, y que seguirán todos sus consejos”, dijo la directora de moda de The Telegraph, Bethan Holt, con cierta (o mucha) ironía. “Gwyneth se atrevió a abrir conversaciones que nadie tenía en mente antes: bienestar sexual, menopausia, ser muy abierta a cómo nos enfrentamos a nuestra piel… Gwyneth es una persona muy atrevida. Se puede permitir serlo y ha sido muy pionera y muy valiente. Es muy irónica, no se toma en serio a sí misma, aunque pudiera parecer que sí en primera instancia. Se atreve con la ironía, la curiosidad, la provocación. La definiría como valiente, atrevida, ‘abreconversaciones’ y sanamente provocadora”, afirma Anabel Vázquez, que no descarta que en Laconicum acabemos encontrando la famosa vela con olor a vulva de Goop (de momento, podemos disfrutar de sus bestsellers de cosmética y maquillaje).

Si hablamos de su firma cosmética, Anabel Vázquez también encuentra explicación a su éxito en un mercado copado de marcas cosméticas de celebrities. “Creo que el valor diferencial es que fue una de las primeras marcas de belleza fundadas por una celeb que se tomaba muy en serio la creación de una marca. Gwyneth es ideóloga, fundadora, embajadora y está detrás de todas las decisiones que se toman. No es solo una estrella que pone su nombre porque quiere subirse a esa ola. La gente compra sus productos porque saben que Goop es ella. Ha logrado esa credibilidad y confianza”, añade.

Goop reinventó nuestras rutinas de belleza

Gracias a Gwyneth asimilamos nuevos gestos de belleza y nuevas perspectivas y eso suma puntos al medidor de la fama y la credibilidad. “El dry brushing, por ejemplo, lo incorporamos a nuestra liturgia porque hemos entendido sus beneficios gracias a ella. El bienestar sexual; la suplementación; la exfoliación de la piel como algo ordinario y no extraordinario; encender una vela cuando nos maquillamos… Son muchas las conversaciones que ha introducido. Tiene la capacidad y el poder para hablar de las cosas primero, tiene la audiencia y el altavoz”, reflexiona Vázquez.

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