El aceite facial (asequible) con vitamina E que vale para casi todo
Porque solemos ponernos la venda antes que la herida, empezaremos diciendo que los aceites faciales no tienen por qué aportar grasa a la piel. Digamos que no hay que tenerles miedo, sino todo lo contrario, sobre todo si se opta por versiones ligeras específicas para el rostro –no estamos hablando de usar aceite de oliva directamente en la cara–. A mí particularmente me ha costado tiempo asimilarlo, por muchas teorías expertas que confirmen que era una buena alternativa para evitar la pérdida de agua en la piel, sobre todo en invierno. Pero desde que he descubierto las posibilidades que tiene este cosmético, que puede ser usado de diferentes maneras y en varios momentos del día, he cambiado de opinión. Y en mi peregrinaje por elegir uno de los favoritos, he dado con un clásico renovado: el aceite nutritivo de Mary Kay con aceites de almendras dulces, de oliva y de sésamo; vitamina E para proteger la piel de los radicales libres y escualano para mantenerla en buen estado la barrera cutánea.
Sobre su olor a limpio
Pero amén de su lista de ingredientes, lo que más me gusta es su olor a vainilla. Sí, la nota olfativa por excelencia de los últimos tiempos, el hype en materia de perfumes, está presente en este aceite, pero de una forma muy sutil. Huele a limpio, un poco a muñeca por estrenar, y eso es algo que favorece que sea constante en su uso (el poder de los aromas y su presencia en los cosméticos están muy estudiados también por las emociones que provocan durante su aplicación).
Tiene múltiples usos
Como la mayoría de los productos multiusos, cuyo nivel de popularidad crece siempre de forma proporcional al número de usos que le da la gente (y de los que dan fe en redes sociales) –véase el furor actual por clásicos como la mítica crema Cicaplast de La Roche-Posay o Cicalfate de Avène–, este aceite tiene muchos usos teóricos y otros tantos derivados de la experiencia popular. Y un sentimiento generalizado entre todas las personas que lo han usado: cunde mucho, con un par de gotitas es más que suficiente. Dicho esto, he aquí la lista de usos que hemos recuperado hasta ahora. Pero como todos productos multiusos populares, es más que susceptible de crecer:
- Para refrescar el maquillaje a las siete de la tarde y darle un punto glow.
- Como aceite nutritivo durante un masaje facial (el olor potencia la sensorialidad del momento).
- Como aceite limpiador del rostro antes de un producto jabonoso o gel de limpieza (puede ser el primer paso de la doble limpieza).
- Para hidratar zonas secas como cutículas, codos, rodillas…
- Se puede mezclar con la base de maquillaje o una bb cream para conseguir un efecto más luminoso
- Para hidratar las puntas del cabello. Muchas usuarias hacen este gesto después de usarlo en el rostro: con los restos de aceite que quedan en los dedos, se trabajan suavemente las puntas para sellarlas
- Se puede mezclar con la crema hidratante para que la textura sea más ligera y el acabado más fresco. “Para quienes buscan un extra de hidratación sin que sea pesado o graso”, dice una de sus devotas.