Amor Amor de Cacharel: un flechazo que dura más de veinte años
Recuerdo perfectamente la Navidad de 2003. Tenía 13 años, y parecía que solo existiera una fragancia en todas las perfumerías y en los grandes almacenes. Y cada vez que tenía la oportunidad, la probaba. Era golosa en el sentido más literal de la palabra, como todos los perfumes dulces de mujer, pero sobre todo, atrevida, y dejaba un poco dulce que me acompañaba todo el día. Sentía que era demasiado joven para usar un perfume así, cuyo frasco se asemejaba a una granada de mano: una alegoría del arma de seducción que se antojaba su aroma. Los Reyes Magos se la trajeron a mi madre, pero no a mí, claro, que por aquella época usaba la colonia de vainilla de Yves Rocher, mucho más ‘inofensiva’. Pero el éxito que atravesó Amor Amor de Cacharel en aquellas fechas aún sigue vivo: ha madurado y evolucionado de mil maneras, y veintidós años después queda mucho que decir al respecto.
A qué huele Amor Amor de Cacharel
Solo contiene 16 ingredientes, y sin embargo resulta bastante compleja. Amor Amor de Cacharel se define como una eau de toilette floral afrutada, un carácter que se desprende de sus notas de corazón: jazmín sambac, rosa y lirio del valle. Quizá te sorprenda esta clasificación cuando te perfumas con él por primera vez, puesto que al vaporizarlo percibimos una explosión (vibrante, aunque contenida) debido a la salida cítrica, compuesta por grosella negra, naranja, mandarina, pomelo, casia y bergamota.
La permanencia de los cítricos es fugaz (normal, está constituida por las notas de salida); su función es dar paso a las flores y frutas, que se mantienen en perfecto equilibrio y un alto sillage durante aproximadamente las dos horas sucesivas a la vaporización. Lo curioso es que una vez empiezan a diluirse, Amor Amor se revela como una fragancia dulce y cremosa, debido a las notas de fondo: vainilla, haba tonka, almizcle, ámbar y cedro de Virginia.
Como conclusión, Amor Amor de Cacharel huele a postre: fruta dulce y vainilla presentada entre rosas rojas y sobre un lecho cálido. Algo tan delicioso como el sentimiento que representa. “Es una rosa muy vibrante y suave, fresca y seductora; una fragancia juvenil y estupenda para todos los días y todas las ocasiones”; “un verdadero throwback a mi adolescencia, y un recurso fácil para los días perezosos. El aroma es muy afrutado, con mucha naranja, pomelo y bergamota. Rápidamente se convierte en un perfume dulce floral blanco, con mucho jazmín. En este punto, recuerda a Alien, de Thierry Mugler, pero más suave. Se desvanece en almizcle, ámbar y madera”. Así lo definen las dos últimas reseñas de todas las que acumula en Fragrantica.
El perfume que nos hace sentir jóvenes
Lo curioso es que en el site especializado que acabamos de mencionar, prácticamente solo encontramos dos tipos de publicaciones por parte de usuarios: las que describen su olor y las que exponen a qué les recuerda. Y es que desde que Laurent Bruyere y Dominique Ropion la concibieron hace más de veinte años, sus clientas han ido madurando, y mientras que algunas se han mantenido fieles a Amor Amor de Cacharel, otras han ido regresando a él periódicamente; y lo bonito es que la sensación al perfumarse es siempre la del primer día. Se han presentado veinte versiones de Amor Amor desde entonces, pero la original continúa cosechando éxitos como el primer día.
