Una rebelde Huguette Caland lleva su arte sin ataduras al Museo Reina Sofía

Una vida sin restricciones. Eso era lo que la artista Huguette Caland (Beirut, 1931) quería y lo que quiso hasta el final. Lo que definiría su esencia. Hija del primer presidente de Líbano, Béchara el Khoury, que tomó el poder cuando ella tenía 13 años, Caland enseguida destacó por una defensa inquebrantable de su libertad. Esa misma esencia es la que busca capturar la exposición que llegará al Museo Reina Sofía el 19 de febrero, y que podremos visitar hasta el 25 de agosto, la cual supone la primera gran retrospectiva de la artista en suelo europeo. Un proyecto exhaustivo que ha requerido cuatro años de dedicación e investigación y que se inscribe en el marco de los esfuerzos del Reina Sofía por descolonizar los marcos museológicos tradicionales.

El arte de Caland, ecléctico y vibrante, explora con audacia las complejidades del cuerpo: sus placeres, pero también sus transformaciones, como el envejecimiento. Así lo ve la investigadora y comisaria de la exposición Hannah Feldman: “A medida que otros modernistas de la región están ganando atención tanto en museos como en el mercado del arte, es importante reconocer también algunos de los temas e ideas alternativos que Caland aporta, más allá de encasillarla simplemente como alguien sorprendente por sus pinturas eróticas”. A través de su obra, la artista aborda temas universales como el lenguaje, la diáspora, la migración, la comunicación y la pérdida, creando un diálogo íntimo y poético con el espectador con un tono a veces elusivo y otras tantas divertido. “Estos elementos también complican las expectativas que la gente—incluso los entendidos en la materia— tiene sobre cómo debería ser el arte proveniente de sociedades percibidas como ‘devastadas por la guerra’”, sugiere la comisaria.

Así, en la muestra de 285 obras, titulada Una vida en pocas líneas, pse puede disfrutar de un trabajo repleto de color y energía, que va desde la serie de pinturas titulada Bribes de corps (partes del cuerpo, en francés) –una de sus más famosas–, a sus formatos textiles a gran escala con influencias de los bordados palestinos, pasando por los autorretratos en forma de collage o incluso algunas piezas de ‘Nour’, los diseños encargados para la línea de alta costura de Pierre Cardin, entre otras. Como apunta Feldman: “La muestra termina siendo un recorrido muy exhaustivo desde el primer período hasta el último, y cada pieza es igualmente importante para la historia que quería contar”, pese a que unas 33 obras se han tenido que quedar en Líbano y no han podido formar parte de la exposición debido a la situación que está atravesando el país.

Caland creció mientras su país estaba luchando por independizarse de Francia, y una de las anécdotas que ella recordaba sobre su infancia tenía que ver con una fiesta de cumpleaños a la que muchos de los amigos de Caland no asistieron porque eran franceses y sus padres estaban dolidos por la política de independencia que defendía su padre. “Y sin embargo yo terminé casándome con un francés [Paul Caland] que además era sobrino de uno de los rivales políticos de mi padre. Él luchaba por la independencia del país, pero yo mientras luchaba por mi propia independencia” contaba la propia Caland en una entrevista realizada en 2009. Narra la historia que, una vez casados, tanto su marido como ella se echaron amantes. Nada de restricciones.

Ver fuente

Farándula y Moda

Entrada siguiente

MICK JAGGER SE NEGÓ A CONOCER A SU ÍDOLO

Vie Feb 14 , 2025
Comparte en tus redes sociales Mientras que Keith Richards tuvo que ver morir a uno de sus queridos amigos, Gram Parsons, lo más desalentador habría sido trabajar junto a Chuck  Berry. Cualquiera que fuera bautizado como el padre del rock and roll estaba destinado a ser una elección en la […]

Puede que te guste