La rebeca roja de Lady Di, perfecta para la primavera
No es nada nuevo decir que los looks de ese icono de estilo que es Lady Di siguen sirviendo hoy de inspiración para la moda. Además de las chaquetas tipo Barbour o los conjuntos de falda y jersey que tanto le gustaban, siempre destacaba en su armario la rebeca roja, que aportaba un contraste fresco y colorido a los outfits de la princesa en aquella época y ahora está resurgiendo discretamente en la moda.
El cárdigan rojo es un clásico que no puede faltar en ningún armario. ¿Por qué es la prenda perfecta para la primavera? Es algo más elegante que sus homólogos en colores apagados y pone el contrapunto a looks minimalistas en un abrir y cerrar de ojos. También es perfecta para llevarla a capas con el variable tiempo primaveral. Lady Di sabía cómo lucirlo, ya fuera con un estilo preppy o más informal. Te mostramos unos cuantos looks, a cual más bonito, que pueden servirte de inspiración para tu próximo estilismo.
Cómo combinaba la Princesa Diana el cárdigan rojo
#nº 1 Look clásico en rojo y blanco
Lady Di tenía debilidad por la combinación de rojo y blanco, ya fuera con falda y top o con pantalones capri y rebeca, tal como la vemos se ve aquí en un partido de polo en Windsor. La princesa combinó sus pantalones capri con un top a juego y un bolso, todo en blanco, además de un cinturón ancho, una rebeca y unos zapatos de tacón chupete (o kitten heels), todo ello en rojo. La mezcla de rojo y blanco le da un toque sofisticado, mientras que el pantalón corto y el cárdigan desenfadado con las mangas remangadas dan ligereza al conjunto.
#2 Cárdigan y blusa
¿Qué se pone una princesa para andar por casa? Lady Di apostaba por el cárdigan rojo no sólo para las apariciones públicas, sino también en el palacio de Kensington. Por ejemplo, aquí lo luce haciendo un rompecabezas con el Príncipe Guillermo. La blusa blanca con gemelos que la Princesa se puso debajo aportaba un acento preppy en un estilismo elegante y adecuado para el día a día, incluso para una princesa. El cárdigan también cumple su función natural: abrigar un poquito.