Tras el escándalo de los antiguos tuits, Karla Sofía Gascón cerraba su cuenta de Twitter, pero ha mantenido activa otra en Instagram en la que comparte mantras budistas de vez en cuando. La Academia de Hollywood decidió no retirarle la nominación en ningún momento, aunque bien podría haberlo hecho. No por las deleznables publicaciones en la red social, sino por una pequeña polémica con otra de las nominadas, Fernanda Torres. La española afirmaba en una entrevista con el diario Folha de Sao Paulo que el entorno de la actriz brasileña protagonista de Aún estoy aquí había orquestado una campaña para hablar mal de ella. Los ataques directos e infundados entre candidatas si pueden suponer la pérdida de una nominación, pero la Academia se decantó por no ahondar en una polémica ya de por sí delicada.
Y era delicada por un motivo tan sencillo como que Karla Sofía Gascón se había vuelto un símbolo cuando el 23 de enero se leyeron las nominaciones a los Oscar 2025. La actriz se convertía en la primera mujer trans en conseguir una mención en la categoría de Mejor actriz en la historia de estos galardones. En 97 ediciones era, sí, la primera. Y la tercera mujer española en conseguir entrar en la categoría de Mejor actriz protagonista, después de Penélope Cruz y Ana de Armas. Un hecho histórico que ponía en una encrucijada a la Academia de Hollywood. Si retiraban la nominación a la actriz, también lo hacían a la primera mujer trans en la historia de estos galardones en conseguirla en un momento en el que las identidades trans están siendo atacadas por la administración del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Y aunque sus tuits fueran totalmente condenables, sacar a Gascón de la carrera hubiera supuesto en cierta manera una victoria para un mandatario que tiene en el punto de mira a Hollywood y lo que él considera como doctrina woke.
El castigo a Karla Sofía Gascón fue impuesto y efectivo –todavía no se sabe qué consecuencias puede tener en una carrera que empezaba a despegar a sus 52 años– , pero ha sido especialmente sangrante por algo tan sencillo como que a las mujeres y a las personas trans se les exige una ejemplaridad que no se pide a otras identidades. La decisión de apartarla de la carrera al Oscar fue tildada de hipócrita por muchos. A fin de cuentas, el director de Emilia Pérez, Jacques Audiard, dejó una ristra de opiniones que rozaban lo racista durante toda la carrera de premios y no fue en ningún caso apartado de la campaña del filme. Sea como fuere, lo que sí queda claro, tras unos meses broncos y cargados de momentos inauditos, es que la española Karla Sofía Gascón ha hecho historia en los Oscar (y en el cine). Y eso es algo que nadie le podrá quitar.
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