Han pasado cuatro años desde que se celebrara por primera vez la Academy Museum Gala (el acto benéfico anual para el Museo de la Academia de Artes), y ya se están haciendo comparaciones con la MET Gala. ¿Son ciertas esas comparaciones? Pues al igual que al evento más famoso de la moda, el acceso a la Academy Museum Gala está muy restringido y el acto –que incluye premios, presentadores y una actuación musical sorpresa– no se retransmite por televisión. El resultado es una noche de fiesta en la que los asistentes de Hollywood disfrutan de cierta intimidad. (¡No hay mejor fiesta que una fiesta que no es para consumo público!)
Pero, por supuesto, hay una alfombra roja. Anoche, a las 6 de la tarde, empezaron a llegar los invitados. Allí estaba Demi Moore, radiante con su vestido de lentejuelas de Prada, posando para las fotos con sus amigos de La Sustancia. Entre ellos, Margaret Qualley, que añadió más fuerza al momento con su tocado celestial de Chanel. Kaia Gerber, con Givenchy vintage diseñado por Alexander McQueen, rindió homenaje a la historia del cine en general con su vestido inspirado en My Fair Lady. Por su parte, Kim Kardashian lució un vestido de alta costura vintage de Thierry Mugler, mientras que Ariana Grande fue vista con su compañera de reparto en Wicked, Cynthia Erivo. Esta última lució un Louis Vuitton verde Wicked (naturalmente) de Louis Vuitton, y la primera un vestido de lunares de Balmain (basado en un vestido de archivo de esta misma firma).
Grande no fue la única vestida de lunares: Eddie Redmayne y Carrie Coon también se dejaron ver con este estampado en blanco y negro. La moda estaba de moda y las joyas también. Los broches (sobre todo, en los hombres) fueron una elección popular, al igual que los relojes Rolex. Sin embargo, esto último no es tan sorprendente, ya que la marca relojera no solo es la principal presentadora de la gala, sino también una de las principales colaboradoras de la Academia, al haber contribuido a la creación del museo diseñado por Renzo Piano, que funciona como una especie de catedral del cine.
Por la alfombra roja –que se extendía hacia arriba en un escultural telón– siguió pasando una selección de lo más granado de Hollywood a medida que avanzaba la velada. Así, Selena Gomez y Cara Delevingne se convirtieron en las mejores amigas de la noche. Al igual que Paul Mescal y Ayo Edebiri, siendo esta última la más vitoreada por los fans que se alinearon en el Wilshire Boulevard para contemplar a las estrellas. Mescal fue también uno de los tres galardonados de la noche, al recibir el Premio Vantage de manos de los presentadores Colman Domingo y Saoirse Ronan. Quentin Tarantino recibió el Luminary Award, que le entregó John Travolta, y la inimitable Rita Moreno recibió el Icon Award de manos de Steven Spielberg. La actriz, de 93 años, lució un esmoquin blanco de Dior, y tendrá que encontrar un hueco en su estantería para este galardón, puesto que ya forma parte de la lista de ganadores del EGOT.
Tras la última entrega de premios, llegó el momento de las canciones. Erivo subió al escenario como artista sorpresa de la noche tras ser presentada por Grande, y cantó una versión de Over the Rainbow; una elección acertada dado que las zapatillas rojo rubí que Judy Garland usó para cantar la canción original en El mago de Oz de 1939 se encontraban cerca en una vitrina del museo como muestra de una de las muchas delicias expuestas que la gala contribuye a apoyar. ¿Y qué decir? La gala de este año recaudó la friolera de 11 millones de dólares.