Puede que hayas oído hablar del aceite de argán y que conozcas el aceite de romero, pero ¿cuánto sabes del aceite de batana? Se trata de un aceite repleto de nutrientes que se extrae de las nueces de la palmera. Originario de Honduras y otros países de América Central y del Sur, es rico en ácidos grasos y se utiliza desde hace siglos para conseguir un cabello más grueso y brillante y un cuero cabelludo más sano.
Para ayudarte a conocer a fondo el aceite de batana y por qué deberías añadirlo a tu rutina capilar, hemos recurrido a la tricóloga Hannah Gaboardi, que responde a todas nuestras preguntas. Esto es todo lo que nos ha contado sobre el aceite de batana.
En este artículo:
¿Favorece el crecimiento del cabello?
«Aunque el aceite de batana es rico en ingredientes nutritivos, como ácidos grasos y antioxidantes, no favorece el crecimiento del cabello del mismo modo que los tratamientos clínicos», explica Gabpardi. «Se sabe que nutre y mejora el aspecto general del tallo capilar, ayudando a reducir el encrespamiento y la fragilidad. Sin embargo, no hay pruebas científicas que avalen el aceite de batana como tratamiento para estimular el crecimiento de los folículos. Aunque puede ayudar a crear un entorno más saludable en el cuero cabelludo, el crecimiento real del cabello se consigue normalmente mediante medicamentos antiandrogénicos o tratamientos clínicamente probados y diseñados específicamente para la caída del cabello.»
¿En qué se diferencia de otros aceites como el de romero?
«El aceite de batana difiere de otros aceites tanto en su textura como en su función», explica Gaboardi. «Puede aplicarse directamente sobre el cabello y el cuero cabelludo y actúa más como una mascarilla capilar de acondicionamiento profundo, aportando una rica hidratación al tallo capilar y al cuero cabelludo. El aceite de romero y similares son en cambio aceites esenciales que deben diluirse y suelen utilizarse solo en el cuero cabelludo. El aceite de romero estimula el crecimiento del cabello y reduce la inflamación al aumentar el flujo sanguíneo a los folículos».
¿Para qué tipo de cabello es bueno?
«El aceite de batana es mejor para pelo seco, quebradizo o dañado químicamente, ya que ayuda a recuperar la elasticidad y la suavidad», añade Gaboardi. «Debido a su consistencia espesa y mantecosa, es ideal para cabellos gruesos, rizados o espesos, que absorben más fácilmente los aceites más densos. También puede beneficiar a las personas con cuero cabelludo escamoso o seco, ya que la vitamina E y los ácidos grasos del aceite de batana ayudan a reducir la caspa si se usa correctamente».
¿Quién no debe usarlo?
«El aceite de batana no es recomendable para personas con cabello fino o graso, ya que su textura pesada puede apelmazar el pelo y engrasarlo», dice Gaboardi. «Si no se elimina correctamente, el aceite de batana puede obstruir los poros, alterar el ciclo natural del cabello y, en algunos casos, contribuir a la acumulación de sebo o a la dermatitis seborreica. Si tienes el pelo fino o dañado, es mejor evitar aplicarlo en el cuero cabelludo y utilizarlo solo de medios y puntas».
¿Me engrasará el pelo?
«Sí, el aceite de batana tiene una textura espesa, parecida a la mantequilla, que puede dejar el pelo graso o apelmazado, sobre todo en cabellos finos o lisos», dice Gabordi. «Sin embargo, las texturas rizadas, foscas o más gruesas tienden a absorber el aceite más fácilmente, por lo que es menos probable que deje un residuo graso cuando se usa correctamente».
¿Cuánto tiempo se tarda en ver resultados?
«Aunque no está demostrado que el aceite de batana estimule el crecimiento del cabello, muchos usuarios informan de una mejora notable en la textura y la fuerza del cabello después de 4 a 6 semanas de uso constante», dice Gaboardi. «Cuando se aplica semanalmente como tratamiento de acondicionamiento profundo, ayuda a reducir el encrespamiento y también reduce la rotura y los daños químicos. El aceite de batana ayuda a nutrir y fortalecer el tallo capilar, pero la densidad y el crecimiento del cabello solo se consiguen con la medicación adecuada, que puede prescribir un profesional u obtenerse mediante tratamientos clínicos».
Este artículo se publicó originalmente en Vogue.co.uk