Alimentos de un solo ingrediente: la recomendación que voy a seguir en vacaciones
A veces, las soluciones más eficaces son las más simples, minimalistas y obvias. La clave está en caer en ello (o que alguien te ayude a darte cuenta). El otro día, mientras esperaba para pagar en una gasolinera durante una mini escapada previa a las vacaciones, escuché la conversación de dos chicas que querían comprar algo de comer. Una de ellas, señalando unas patatas fritas bien cargadas de sabor y aditivos varios, le decía a la otra que esa bolsa era mejor no comprarla porque si la abrías ya no podías parar de comerla. Sus palabras me recordaron a las del doctor británico Rangan Chatterjee, experto en bienestar y longevidad, a quien unas horas antes había oído hablar durante un podcast con Mel Robbins sobre la necesidad de priorizar ‘alimentos de un solo ingrediente’ frente a las ‘blissy foods’ (que bien podrían ser las patatas de las que hablaban estas chicas y que el doctor define como productos diseñados para tener un éxito endiablado porque son irresistibles para el cerebro humano). Elegir desayunar huevos con aguacate en lugar de un tazón de cereales (generalmente azucarados aunque nos lo vendan como saludables) es uno de los pilares fundamentales en los que insiste este experto para empezar a comer mejor. Y, por tanto, mantener los picos de glucosa a raya (con todo lo que eso implica) y ayudar a que sea nuestro propio cuerpo el que controle el peso. La verdad, en vísperas de mis vacaciones, con varios viajes en coche que incitan a acabar comprando esa bolsa de patatas fritas, me pareció una de las recomendaciones más necesarias para empezar a practicar en los días de asueto y dolce far niente e instaurarla como hábito después el resto del año.
Los alimentos de un solo ingrediente ayudan a no engordar
Como explica el doctor en las entrevistas y podcasts que protagoniza, este tipo de alimentos de un solo ingrediente son aquellos que reconoces sin necesidad de etiquetas y que, por tanto, son comida real, muy alejados de los procesados y ultraprocesados que solemos incluir de forma habitual en la cesta de la compra. Estos alimentos impactan directamente en la sensación de hambre, saciándonos más y manteniendo la glucosa estable. Y, por tanto, haciendo que comamos mejor, lo de que de forma indirecta también tiene un impacto en la reducción calórica, tal y como subraya el doctor.
“Una pieza de fruta no necesita lista de ingredientes”, afirma Chatterjee, que culpa a los alimentos cargados de ingredientes (y aditivos) de esa sensación de tener hambre todo el día. Y pone precisamente el ejemplo de un desayuno tan habitual como los cereales azucarados. “Cuando los tomas a las siete de la mañana crees que aguantarás hasta la hora de la comida. Pero a las 9:30 o 10, cuando estás en la oficina, ya tienes hambre”, explica.
Algunas recomendaciones para priorizar el consumo de estos alimentos
De alguna manera, esta recomendación tiene que ver con volver a comer como nuestros abuelos; alimentos reales que no necesitan etiquetado porque sabemos lo que son (ellos los reconocerían, son ancestrales). No son productos alimenticios resultado de una amalgama de condimentos, aditivos y conservantes que ponen los picos de glucosa por las nubes. Una vez elegidos estos alimentos de un solo ingrediente, se trata de hacer todas las combinaciones que queramos para configurar platos equilibrados (porque no está hablando de hacer platos con pocos ingredientes, sino de que los alimentos que se pongan en ese plato sean lo más naturales posibles). Evidentemente, no siempre es posible comer solo alimentos de un solo ingrediente, pero la idea en la que insiste el experto es intentar que si se recurren a procesados, estos contengan la mínima cantidad posible de elementos. Es decir, recurrir a comida que sea cercana a su estado natural y se reconozca al instante: pescado que parece pescado, carne que parece carne.
He aquí algunas de las recomendaciones que voy a seguir para priorizar el consumo de estos alimentos: