Es la propuesta sobre las tablas de La otra bestia una que parece que sorprenderá a quienes se acerquen a verla al patio de butacas. “Los amantes del cine van a ver una referencia muy concreta, no hay trampa ni cartón. Y, sí, nos hemos centrado en esa película, que es Posesión, de Andrzej Zulawski. También Lo importante es amar, del mismo director. Es un cineasta que nos ha inspirado mucho a los tres. Hay referencias visuales y va a haber una cámara en el escenario”, aclara la actriz. Fue el propio Luis Luque, director artístico de Nave 10 Matadero, el que se aproximó a ella sin darle mucha opción a negarse. “Directamente me dijo que me reservaba un hueco en la temporada siguiente”, admite entre risas. “Se ha dado la magia que sucede a veces”.
Además de no esconder su felicidad, Ana Rujas tampoco elude hacer mención cuando puede a la serie que, en sus propias palabras, ha cambiado por completo su trayectoria –“Es que es así. Realmente ha pasado”–. La actriz era una de las protagonistas, en el papel de Monserrat en su etapa de juventud, de La mesías, la producción de Los Javis que se convirtió el año pasado en una de las propuestas audiovisuales españolas más exitosas de todos los tiempos. No solo a nivel nacional, también en el resto del mundo. “Cuando nos juntamos, les digo que todo me está pasando gracias a ellos”, declara. “Julio Medem me llamó porque la vio. Mi representante me avisó de que quería reunirse conmigo y empecé a llorar. Es un director con quien toda mi vida he querido trabajar y le dije: ‘Te voy a decir que sí, me propongas casi lo que me propongas’”, admite todavía emocionada.
La intérprete rodaba la pasada primavera 8, una propuesta arriesgada del cineasta donostiarra en la que comparte protagonismo junto a Javier Rey. “Son ocho planos secuencia, ocho etapas, y se desarrolla durante ochenta o noventa años. Hago todas las épocas con Javier y se cuenta una historia de amor. Es de lo más difícil que he hecho, pero una vez entras ya está”, comparte. “Ha sido increíble. Tú sabes que estás en un cuadro del autor, que eres parte del lienzo y que hay que moverse al son que él quiera. Confías ciegamente y las reticencias son menos”, relata sobre la experiencia. “Esta película para mí es un cuento mágico. No es nada normal ni un guion normal, es lo que quiero hacer siempre. Julio me dijo que es uno de los finales más bonitos que ha rodado en su vida”, apunta. “En un momento dado me dijo que el combo [la pantalla donde se sigue en tiempo real lo que se rueda en set] no lo iba a ver más, estaba castigada”, explica entre risas.