Anaïs Vauxcelles, diseñadora de 404 Studio: “La gente se cree que la industria de la moda es glamurosa y la verdad es que es muy poco glamuroso trabajar ‘como un cabrón’”

Sus diseños, efectivamente, han evolucionado desde que comenzase su andadura, pero en realidad, ella también. No en vano, lleva desde que apenas contaba 13 años formándose a título individual, tratando de conjugar su creatividad con la que se ha convertido en su pasión y, pese a las noches en vela, también en su profesión. “Y eso que no tenía claro que fuera a dedicarme a la moda”, advierte. “Hice patronaje desde los 13, 14 años, hasta los 18, 19, pero porque me apetecía, por amor al arte. Más tarde empecé la carrera de Bellas Artes y lo compaginé estudiando moda por las mañanas. Hacía de 8.00 a 14.30 moda en la Escuela Superior de Diseño de Valencia, y luego, por las tardes me iba de 15.00 a 21.30 a Bellas Artes. O sea, una auténtica loca”, se regodea.

Luego, aquel estilo de vida le pidió centrarse en algo y optó por el arte. “Preferí entender un poco más del color, de la luz… Y al final muchas de las cosas que me estaban enseñando, yo ya llevaba años haciéndolas”, reconoce. Así, al acabar la facultad comenzó un máster en dirección artística y, con él, terminó de dar forma a ese último peldaño de su perfil multidisciplinar. Una faceta, la de la polivalencia, que con los años ha resultado especialmente útil para cambiar de rol dentro de su propia empresa. “Esa es la realidad: los diseñadores emergentes estamos solos con los tres becarios. Lo hacemos todo. La gente se cree que esta es una industria glamurosa y la verdad es que es muy poco glamuroso trabajar ‘como un cabrón’. Yo recuerdo estar aquí hasta las cinco de la mañana y al día siguiente igual, y al día siguiente igual y al día siguiente igual. Y vivir con ojeras y engordar mogollón y adelgazar mogollón y estar con estrés… Tienes que saber patronar y si no sabes patronar, buscarte la vida, dejarte la piel. A mucha gente le gusta la ropa y hay una diferencia muy grande entre la moda y la ropa. Si te gusta la moda, tienes que ensuciarte las manos: ir a las fábricas, buscar proveedores, entender las calidades, comprender los conceptos, la visión creativa. Eso es para mí la moda”, reflexiona.

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