Cepillarse el pelo del revés: el truco de una terapeuta capilar
“Un consejo efectivo y de coste cero es que, por la noche, es muy recomendable cepillarse el pelo del revés. Es decir, a contrapelo. ¿Por qué? Porque ayuda a oxigenar el cuero cabelludo”, me decía Ángela López, terapeuta capilar en Eva Ometz —el primer spa capilar de Madrid con tecnología coreana de lujo—, durante mi última visita al centro. La combinación de ‘consejo efectivo’, ‘coste cero’ y ‘muy recomendable’ había captado toda mi atención. La terapeuta —o ‘heb’, en referencia a las encargadas de suplir y proteger a los dioses en la Antigua Grecia, como prefieren en el centro—, prosiguió: “La cabeza es una de las zonas del cuerpo a la que menos sangre llega de forma natural, y este cepillado genera un estímulo que mejora mucho la circulación y actúa como un masaje terapéutico. Se siente muy bien”. ¿Significaba esto que conseguir una melena densa y brillante pasaba introducir en la rutina nocturna un gesto tan sencillo como un correcto cepillado, a la hora y de la forma indicada, y yo no tenía ni idea? Probablemente, sí.
Y lo mejor es que este no es un truco más sin fundamento ni rigor, no. La terapeuta se basaba en algo tan simple y tan complejo como el funcionamiento de nuestro cuerpo. “Durante la noche, nuestro metabolismo se ralentiza. El cuerpo ya no necesita tanta energía, así que no está tan centrado en órganos vitales como el corazón, pulmones, hígado o riñones. Por eso, los estímulos adicionales que le damos —alimentación, masajes capilares, rituales de cuidado— se aprovechan mejor. Es un momento ideal para cuidar la energía capilar y facial”. Además por la noche, ya en reposo, no hay transpiración ni excreciones que interfieran, por lo que, incide, “todo lo que apliques se absorberá mejor”.
¿Cómo cepillar el cabello a contrapelo?
“Existe una postura que algunos llaman ‘la postura del murciélago’: consiste en acostarte boca arriba en la cama y dejar que la cabeza cuelgue ligeramente hacia abajo. El objetivo es que la sangre fluya con mayor intensidad hacia el cuero cabelludo. Esta técnica puede ser útil en casos de alopecias androgenéticas, efluvios telógenos (esas caídas difusas sin causa aparente), posparto, etc. Es como dar un ‘shot de energía’ a las células de la papila germinativa, facilitando que reciban más nutrientes desde el torrente sanguíneo», aclara la experta. La forma correcta de hacerlo sería, entonces, colocarnos en la ‘postura del murciélago’ y dar entre 10 y 20 pasadas, dependiendo del grosor del pelo, empezando siempre desde las puntas y subiendo progresivamente hasta terminar cepillándolo desde la raíz. E importante: siempre en seco, dado que es el estado en el que nuestro cabello estará más fuerte y resistente. Un gesto sencillo, rápido y efectivo que yo ya he puesto en práctica con éxito.