Ángela Molina brilló en la noche de ayer durante el Festival de San Sebastián y lo hizo con un look que encapsuló la perfección esa elegancia y autenticidad que tan bien definen su estilo. Fiel a su esencia atemporal, la actriz apostó por un vestido de Etro que, en palabras de su estilista, Victoria Nogales, ya habían probado sin capa y les encantaba, pero añadirle este accesorio fue definitivo. Así, ese toque dramático terminó de consolidar una estética única y etérea, reflejando la personalidad magnética de la intérprete.
Andrés García Luján
En este sentido, Nogales, estilista de cabecera de Ángela, subraya la importancia de que el look fluyese con naturalidad y la prenda no pareciese ajena. “Lo más importante es que Ángela lleva el vestido y no al revés. Para mí, como estilista, es primordial que la prenda parezca parte de su propio armario y no sea algo forzado ni artificial”, explica.
Precisamente por esto, el estilismo de Molina no se basa en modas efímeras, sino en la apreciación por la artesanía y las prendas de calidad. “Ni para Ángela ni para mí es importante la tendencia de la temporada. Valoramos otras cosas como la artesanía, los patrones bien hechos… y nos encanta imaginarnos la inspiración e historia del look”, revela Nogales.