Los botines también son para las alfombras rojas (o, al menos, así lo afirma Angelina Jolie)
No hace falta que nos digan que Angelina Jolie no necesita ornamento alguno. Su mera presencia es una demostración de saber estar y de una elegancia contenida con la que siempre trasciende las tendencias dejándose llevar por su propio estilo. Y así, tal cual reza esta descripción, la intérprete, directora y activista aterrizó anoche en la alfombra roja del Festival de Cine de Roma para presentar su próxima pelicula, Couture, dirigida por Alice Winocour, y en la cual encarna a una cineasta a la que le acaban de diagnosticar cáncer de mama.
Jolie eligió esta vez un vestido-capa negro de corte midi, obra de Alberta Ferretti y diseñado a medida por su director creativo desde el año pasado, Lorenzo Serafini. La pieza envolvía su figura con una cadencia natural, sin adornos y sin volúmenes exagerados más allá de sus especiales mangas. Abrazando un minimalismo casi monástico, este poseía (a modo de contraste) un escote posterior que dejaba su espalda abierta y mostraba sus tatuajes.
Pero tal y como hace Jolie con el cine, al que siempre le dedica una ejecución impecable, en este estilismo puso el punto perfecto con sus botines de charol. De líneas afiladas, tacón de aguja y un escote en V en el empeine, se trataba de un calzado muy arriesgado para un evento de este calibre, pero que multiplicaba por mil el efecto dramático de todo el atuendo.
Daniele Venturelli