Un nuevo día, un nuevo conjunto de **El diablo viste de Prada 2. **Continúa el rodaje y con él el emocionante despliegue de estilismos que podremos ver en la película, un adelanto que llega gracias a los paparazzi de la Gran Manzana, que fotografían y reportan a tiempo real cada una de las escenas que se graban en Nueva York. Los últimos días hemos sido testigos de lo que parecen ser algunos de los momentos clave de la ficción: desde la vuelta de Emily Blunt con su característico pelirrojo a una recreación de la Met Gala, dos instantes que solo han aumentado las expectativas puestas en la secuela. La última, sin embargo, la ha protagonizado Anne Hathaway de la mano del actor Patrick Brammall, cuyo personaje descubriremos en su estreno el 1 de mayo de 2026.
Flashback, en parte, de cómo su personaje recorrió París junto a Simon Baker durante la primera entrega: en esta ocasión, con un reluciente vestido azul, perfecto para cualquier evento, y unos tacones a juego. El estilismo idóneo para cualquier gala a la altura de Runway, que incluye además uno de los accesorios que más tiempo lleva en mi lista de deseos.
Se trata de un bolso tan brillante como el resto del conjunto. Plateado, pequeño y el modelo que sin duda llevaría una y otra vez para salir de fiesta: el 1969 de Rabanne. Considerado por muchos como el primer it bag de la historia, fue diseñado en el año que le da nombre por el español Paco Rabanne, que imprimió su característica huella futurista en este complemento. En sintonía, de forma casual, con ese medievalcore que a principios de año introducía elementos relacionados con las armaduras en nuestro día a día. No es para menos, ya que el diseñador se inspiró en las cotas de malla que utilizaban los carniceros en Francia para idearlo.
Una pieza metálica, creada a partir de chapas agujereadas, que la firma reeditó en 2011 y que en su día llevaron referentes de estilo como Brigitte Bardot. El modelo que Anne Hathaway lucía como parte del vestuario no era otro que la versión más clásica de todas: el plateado, con una cadena que permite colgarlo al hombro. Un objeto de deseo con el que todavía no me he hecho y que será, sin duda, el siguiente de una lista que hasta el momento ha priorizado la funcionalidad, con modelos como el Le Pliage de Longchamp para la oficina o un capazo para las vacaciones. Aun así, este acabado metalizado sigue siendo parte de las tendencias del verano 2025 en la categoría de bolsos y por lo tanto, está más vigente que nunca. Aunque lleve más de cinco décadas entre nosotros, nunca es tarde para invertir en él.