La vuelta de Anne Hathaway como Andy Sachs era un deseo compartido que por fin se ha hecho realidad. Ya ha comenzado el rodaje de El diablo viste de Prada 2, que regresa con el elenco principal de la película dirigida por David Frankel en 2006. Y aunque todavía no hemos podido ver a Meryl Streep y Emily Blunt en sus respectivos papeles, Hathaway se ha dejado ver por las calles de Nueva York con los primeros estilismos de la cinta.
En concreto, con cuatro looks diferentes que adelantan cómo será su armario en la secuela. Entre ellos se encuentran un mono vaquero con parches, un vestido colorido de Gabriela Hearst (que incluye como accesorio una bolsa de Runway) y una camiseta blanca combinada con una falda vaquera y unas comodísimas sandalias de Chanel. Todos, outfits en los que prima el confort, con un toque casual que devuelve al personaje al mundo de la moda. Eso sí, en clave relajada.
Frente a estos, el cuarto estilismo llega para destacar. Al contrario que los anteriores, deja ver a Andy Sachs más corporativa que nunca. La protagonista cruzaba una de las calles de la Gran Manzana enfundada en un conjunto con raya diplomática, formado por un chaleco y un pantalón de traje. Junto a estos, un collar de perlas, unas gafas de sol, un bolso (similar a un maletín) y unas botas de tacón que la alejaban de los zapatos planos anteriores. Un estilismo favorecedor y enmarcado dentro del corpcore, la estética inspirada en el mundo empresarial que despuntó la pasada temporada sobre la pasarela y que continúa ahora con la tendencia ochentera que se ha asentado para este verano 2025. Una oleada que reinventa el uniforme ejecutivo clásico y propone nuevos códigos para ir a la oficina. En este caso, sin hombreras poderosas de por medio.
Instagram @annehathaway