Ariana Grande, nominada a mejor actriz de reparto en la gala de los Oscar, quiso despedirse por todo lo alto de su papel como Glinda en Wicked. Para asistir a la ceremonia, celebrada en el teatro Dolby de Los Ángeles la madrugada del domingo al lunes, confió una vez más en el method dressing es decir, en inspirarse en su personaje para vestirse en la alfombra roja.
En este caso, la actriz optó por un voluminoso vestido de alta costura de Schiaparelli rosa de escote corazón. Un diseño que forma parte de la colección que el diseñador Daniel Roseberry presentó en enero en París y que se remataba con un corsé, una de las tendencias que se repiten de manera incansable en los desfiles para la próxima temporada.
El method dressing es una adaptación de la técnica de actuación también conocida como el sistema Stanislavski, que consiste en ponerse en la piel del personaje de forma plena. Un sistema que los estilistas de Hollywood llevan un par de años trasladando a los tours promocionales. De Margot Robbie en Barbie a Anya Taylor-Joy para Dune, pero sobre todo Zendaya (la reina junto a su estilista Law Roach) el recurso se ha convertido en una manera infalible para conseguir titulares.
En el caso de Ariana Grande, que tras los Oscar se despide de Glinda, los guiños a la bruja buena llegan con capas y capas de tul y tonos rosas en la alfombra roja y un despampanante vestido burdeos (también de Schiaparelli) con el que amenizó la ceremonia. Grande, junto a su compañera de reparto Cynthia Erivo, se encargó de la primera actuación de la noche.
