Un look especial escogido para un momento único, al ser la primera vez que la reina Letizia optaba por una de las creaciones de la casa que dirige Maria Grazia Chiuri. Sin embargo, este voto a favor de la moda del país galo no ha dejado de generar cierta polémica. Superado el código de vestimenta -que recomienda evitar los escotes y las faldas por encima de la rodilla, tal y como indica la Escuela Internacional de Protocolo-, la controversia radica en otra cuestión: ¿por qué no se ha escogido un diseño de origen español para la ocasión?
Si bien la reina Letizia apuesta de manera habitual por la moda española confeccionada de manera local, la decisión de decantarse por un vestido originario del país que se visita es parte de una tradición extendida entre las ‘royals’. Un homenaje a través de la moda, que se traduce como una muestra de cortesía hacia el anfitrión de los Juegos Olímpicos de este año. En el caso de esta prenda concreta, hay que remontarse varias décadas atrás para comprender la importancia de la silueta, que toma cierta inspiración histórica y se trata de uno de los hitos de la evolución del estilo francés. Basada en la falda ‘corolle’, revisita la estética del New Look lanzado por el Christian Dior en los años 50. Un auténtico punto de inflexión en la evolución de la vestimenta y que fue el punto de partida para volver a vestir con cortes mucho más femeninos, con los que se acentuaba la figura. Ahora, doña Letizia recogía la antigua tendencia con un punto de modernidad, mediante la combinación de faldas amplias y cuerpos ceñidos de una manera más relajada que entonces.
De la reina Letizia a Kate Middleton: así siguen la tradición las Casas Reales
Una fórmula que la soberana ha seguido en numerosas ocasiones, al igual que muchas otras ‘royals’ al abordar un viaje oficial. En el caso de la reina, ya hizo un guiño a la industria textil de Dinamarca durante el viaje que realizó el año pasado al país escandinavo (cuando seleccionó un vestido de Rotate para una cena de gala) así como durante su desplazamiento a Holanda este abril, cuando se decantó por el diseñador holandés Mohamed Benchellal.
A nivel internacional, es habitual ver a figuras de la realeza como Kate Middleton vestir con los colores más representativos de los lugares a los que viajan. La princesa de Gales homenajeaba con el verde a Irlanda tras su primer viaje desde el Brexit, a Canadá y a Dinamarca con el rojo, a Escocia con el azul y a la India con estampados paisley (además de con un vestido del modisto Naeem Khan, originario de Bombay).
En definitiva, una costumbre real que se forma en señal de diplomacia y que consigue, a través de decisiones estilísticas, celebrar diferentes lugares del mundo a partir de destacar su costura propia.
SUSCRÍBETE a nuestra newsletter para recibir todas las novedades en moda, belleza y estilo de vida.