A partir de ahí, la celebración creció a lo grande. Audemars Piguet organizó una experiencia inmersiva en los 180 Studios de Londres, donde arte, sonido y memoria se entrelazaron en un homenaje contemporáneo al Vallée de Joux, cuna de la maison.
La velada cobró vida entre archivos históricos, instalaciones multisensoriales y paisajes sonoros: un auténtico viaje en el tiempo que culminó con la actuación de RAYE y Mark Ronson y el estreno público de la canción Suzanne. Una cena muy especial fue el escenario de la segunda parte del evento: cada detalle –como el ritmo preciso de una canción– celebraba el encuentro entre la música y la relojería. Desde las paredes cubiertas de raros vinilos, expuestos en estantes a la manera de un coleccionista, hasta la acústica única del espacio contribuyó a crear un ambiente animado y emocionante.
El menú, firmado a cuatro manos por los chefs estrella Sven Wassmer y Jeremy Chan, hizo que la experiencia fuera aún más inolvidable, llevando a la mesa el mismo cuidado y creatividad que animan también la música y el tiempo. En palabras de Ilaria Resta, directora general de Audemars Piguet: «Este tema nació del deseo de crear algo que honrara el pasado pero que hablara del futuro, con autenticidad. Es un homenaje a todas las Suzannes que existen: mujeres fuertes, visionarias y profundamente humanas«.
Suzanne: entre la intuición y la sincronicidad
Suzanne nació de forma espontánea, casi por casualidad. En el estudio, entre Londres, Nueva York y Los Ángeles, RAYE y Mark Ronson se entendieron con una armonía instintiva. Dos mundos diferentes, dos sensibilidades aparentemente alejadas que se encontraron en una melodía intensa y elegante impregnada de alma y melancolía. Mark Ronson recuerda ese momento en el estudio como algo único, suspendido en el tiempo: «Grabamos el instrumental y se produjo la magia. Todo estaba ahí: la energía, la honestidad, la conexión«. Una química inmediata que dio pie a un proceso creativo sin filtros, en el que lo analógico se encontró con lo digital, el instinto se unió a la precisión. La canción nació así, naturalmente, pero también con una fuerza simbólica inesperada.
Durante una sesión de composición, fue RAYE quien sugirió el título Suzanne. Al principio era solo un nombre, un sonido inspirado, pero en pocas horas resultó ser mucho más.«Escribir Suzanne fue como recibir una señal del universo. Cuando descubrimos que también era el nombre de una de las fundadoras de AP… supimos que tenía que ser así».