- La evidencia: El experto lo argumenta. “Aunque estudios anteriores respaldaron en cierta medida esta explicación, estudios más recientes no hallaron evidencia de que beber agua quemara muchas calorías. Eso pone en tela de juicio la explicación de la termogénesis para la pérdida de peso inducida por el agua”.
#3. «No tienes hambre, tienes sed»
Según esta explicación, a veces vamos a la cocina buscando algo para picar confundiendo una falsa sensación de hambre cuando en realidad lo que tenemos es sed. En este caso, la teoría —que ha ganado recientemente popularidad en TikTok— sugiere que beber agua (que no tiene calorías) podría evitar que consumamos calorías innecesarias y, en consecuencia, favorecer la pérdida de peso. Lo que también implicaría no consumir las vitaminas y nutrientes de alimentos que saciarían ese hambre, y que necesitamos para mantener una dieta sana y equilibrada.
- La evidencia: “La regulación de la sed y el hambre es compleja y varía a lo largo de la vida de una persona. Por ejemplo, la sed puede disminuir en los adultos mayores, pero no pude encontrar estudios convincentes en humanos que respalden la idea de que las personas que tienen sed malinterpretan la sensación como hambre, o que esta sea la razón por la que beber agua podría ayudar a perder peso”, argumenta.
La conclusión final de los expertos
“Algunas evidencias sugieren que beber agua sí podría ayudar a perder peso, al menos en algunas personas. Pero esos estudios son en su mayoría pequeños o de corto plazo, o se basan en datos animales. Incluso los estudios positivos solo encontraron beneficios modestos. Dicho esto, si crees que te está funcionando, beber un poco más de agua no tiene muchas desventajas, salvo el desafío de intentar beber si no tienes mucha sed”, concluye el experto de Harvard. Por su parte Montse Prados, médico especialista en endocrinología y nutrición, lo corrobora. “Aunque es cierto que algunos estudios sugieren que el consumo de agua podría favorecer la saciedad —la entrada de líquido en el estómago provoca el estiramiento de la fibras musculares y los mecanoreceptores que detectan esta distensión, favoreciendo la saciedad—, existen dos mecanismos que van en contra de esta teoría. Por un lado, esta distensión se ve favorecida por la digestión química de los alimentos, no obtenida por el agua o el té ya que no poseen nutrientes o glucosa. Es decir, desde la boca ya se empiezan a digerir los alimentos y a enviar señales que informan de que se pone en marcha el proceso de digestión. Por otro lado, el agua se vacía hacia el duodeno muy rápidamente, por lo que esta distensión es pasajera, contrariamente a si se consumen alimentos ricos en calorías que provocaran mayor distensión y más duradera”.
Entonces, partiendo de esta premisa… ¿Beber agua antes de las comidas contribuye o no a la perdida de peso? Prados lo aclara: «Si la consumimos en lugar de bebidas energéticas, azucaradas y/o alcohólicas sí nos va a favorecer en el propósito de la pérdida de peso al reducir las calorías totales ingeridas. Además, aunque sea pasajera la sensación de plenitud, al beber agua podría favorecer que no se inicie la ingesta de forma tan impulsiva, comiendo grandes cantidades y rápidamente. Por tanto si lo unimos a una técnica de alimentación consciente y damos tiempo al cerebro de recibir estas señales saciantes, podremos obtener un beneficio con resultados positivos”. Duda resuelta: aumentar el consumo de agua no tiene por qué ser perjudicial y de hecho puede ayudar en ciertos casos, pero hacerlo como sustitutivo de una dieta equilibrada, consensuada con expertos y combinada con deporte, sí.