Aunque Bella Hadid lleva más de una década en el candelero, la supermodelo palestino-holandesa sigue reinventándose. Cuando nos encontramos un lunes por la tarde con ella vía Zoom, lleva la cara lavada y el pelo recogido con una sencilla diadema negra. Después de las cortesías propias de las primeras veces, pasamos rápidamente a lo personal. “Un día me desperté y vi algo en Instagram», nos cuenta sin revelar el elemento catalizador de lo que muchos consideran su transformación de bienestar: “Sabía que tenía que hacer cambios en mi vida para sentirme feliz conmigo misma, así que decidí emprender este viaje. Pasé por muchas cosas mentalmente, y en un momento dado se puso bastante oscuro. Soy una persona sensible, y pasar por el dolor es la única forma de crecer”.
A pesar del dolor y de su continua lucha contra la enfermedad de Lyme (y la multitud de síntomas físicos y cognitivos que implica), Hadid empezó a centrarse en cosas que le ayudaban a sentirse enraizada, que le hacían feliz y que, según sus propias palabras, la ayudaban a «recordar quién soy». Justo antes de nuestra entrevista, estaba realizando una de esas prácticas de enraizamiento. “No tengo una piscina de agua fría, pero sí una pequeña que está helada. Me metí antes de empezar mis llamadas y me siento mucho mejor”, comenta.
Otra de esas prácticas son los aceites esenciales, que la llevaron a su nueva aventura de belleza Orebella, que sale a la venta el 2 de mayo (disponible en Estados Unidos). Cuenta que durante un viaje hace dos años para visitar a unos parientes palestinos que vivían en Washington empezó todo: “Mi padre y yo estábamos jugando al backgammon junto a la chimenea cuando descubrí que mi tío Mahmoud fabricaba aceites esenciales”. Ya estaba en marcha el proyecto Orebella, que juega con la traducción del apellido de la modelo al inglés (Hadid significa hierro) y su nombre de pila. Porque Hadid cree en las señales, en el destino… y conocer este hecho sobre el bagaje empresarial de su familia le hizo sentir que “tengo a mis tías y a mis amos [tíos en árabe] conmigo y bendiciéndome todo el tiempo”, dice.
La primera colección de Orebella consta de tres fragancias: la floral Window2Soul, la tropical Blooming Fire y la amaderada-marina Salted Muse, todas ellas inspiradas en la vida de Hadid. Concretamente Salted Muse, con notas de sal marina, pimienta rosa y aceite de oliva, rinde homenaje a su familia: «Tanto si eres palestino como árabe, nuestras familias lo aliñan todo con aceite de oliva. Eso era, para mí, algo especial y una oda a mi herencia».