No en vano, esos años de experiencia respetando las visiones del otro han actuado como entrenamiento perfecto para encarar esta colaboración de la forma más generosa y receptiva posible. Y todo pese a que, reconocen, no siempre están abiertos a este tipo de sinergias. “Digamos que no somos muy fans de estas grandes corporaciones. Pero si la mentalidad es la correcta y si las intenciones son buenas, puede funcionar”, reconocen. De ahí quizás que, con Desigual, las filosofías y las estéticas parecieran alinearse desde el principio de una forma que incluso a ellos les sorprendió. “Revisando el archivo de la marca, vimos como, por ejemplo, el uso del color y los recursos gráficos se alineaban mucho con nuestra visión. Pero también nos encontramos con tops con estampados de gran formato e incluso técnicas de confección que nos recordaron a las nuestras”, apunta Lisi, justo antes de que Rusheny continúe: “También la forma en que jugamos con las prendas, el modo en que las cortamos y las transformamos, encuentra cierto paralelismo con esos primeros días de Desigual. Por ejemplo, nosotros tenemos unos pantalones que puedes usar como chaqueta y vimos que ellos también habían trabajado en una idea similar. Ahí fue cuando nos miramos y nos dimos cuenta de que realmente guardábamos más similitudes de las que creíamos”.
El resultado pasa así por una colección, de nombre High Tides, en las que esos imaginarios coloridos y 100 % visuales cristalizan en referencias gráficas a los océanos –siempre presentes en el universo de los diseñadores– y piezas cómodas y versátiles que juegan a adaptarse a diferentes situaciones. Camisetas, pantalones o chaquetas que encarnan lo mejor de ambas partes y trasladan esa perspectiva de insider del tándem holandés al gran público. “Si tuviésemos que escoger una pieza que encarne el espíritu de la colección, seguramente sería el vestido de piel de pez, con las paillettes que se pueden invertir. Es una prenda en la que, por un lado, puedes ver unos grandes delfines impresos. Pero por el otro, al invertir la lentejuelas pasando la mano, se revela la imagen de un tiburón. Creo que esta técnica la encontramos en el archivo de Desigual, pero también tiene ese toque lúdico y juguetón que tanto nos gusta en Botter”, reflexionan.