Manual de uso de la camisa vaquera
Ha sobrevivido al paso del tiempo y pasado por decenas de estilos —de los cowboys y el lejano oeste al minimalismo escandinavo, pasando por músicos de folk y el boho-chic—, pero la camisa vaquera ha encontrado (y sigue encontrando) nuevas formas de reinventarse. Septiembre no será la excepción: volverá con fuerza y lo hará porque funciona sin pretender hacerlo. Pero, ¿a qué más se debe este revival? Pues a que cada cierto tiempo el cuerpo pide algo cómodo y funcional, que no sea demasiado serio, pero tampoco excesivamente básico o sin gracia. Y, por descontado, la camisa vaquera cumple todos estos requisitos.
Sus orígenes se remontan a finales del siglo XIX, con Levi Strauss y sus archiconocidas prendas de trabajo denim, pero no fue hasta 1930 cuando este tejido se popularizó también entre la industria del cine y, poco después, las camisas vaqueras se convertían en la prenda fetiche de todo fondo de armario. En cuanto a referencias recientes, las vimos en Chloé con bordados western y en Celine con brillo y estética rockera. Pero donde realmente alcanzarán la categoría de omnipresentes en 2025 será en la calle: prescriptoras que la combinan con trenchs gigantes, chicas en bicicleta con tote bag de tela, señoras con el cuello subido y labios rojos… Allá donde mires la verás, y lo mejor: no por ello una se cansa de verla. ¿El secreto? No tratar de modernizarla demasiado; la camisa vaquera ya es moderna por ser atemporal. Solo hay que encontrar la forma (o las formas) de lucirla acorde a nuestro estilo.
#1. Con blazer y/o pantalón de vestir
Una de las combinaciones más interesantes es llevarla en clave oversize, a contraste con prendas más formales —véase bajo una blazer estructurada, o metida por dentro de un pantalón de sastre—. Esta mezcla con lo casual supone el equilibrio perfecto para looks que funcionan tanto en la oficina como en una comida improvisada. Añade mocasines, tacones o unas zapatillas en tendencia, según la ocasión, et voilà.
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#2. Denim con denim, sin miedo al total look
Durante años, un total look vaquero se veía como mezclar rojo y rosa en un mismo estilismo: casi una blasfemia. Ahora ambas combinaciones son tendencia absoluta, y menos mal: no pueden ser más favorecedoras. El truco en el caso del denim está en mezclar tonalidades o texturas y poner el broche de oro con los accesorios; una camisa desgastada con jeans oscuros, un cinturón llamativo, unas botas cowboy o un bolso de piel… No temas añadir información a un conjunto que, bien llevado, es todo personalidad.
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#3. Sobre tu vestido favorito
El look ideal para los días de entretiempo de finales de septiembre: llevar la camisa vaquera sobre un vestido lencero, estampado, vaporoso o de punto. O, lo que es lo mismo, buscar la forma de seguir dando uso a tus vestidos veraniegos favoritos más allá del verano, con un toque boho. Remángala, añade un collar largo o un pañuelo al cuello —otra tendencia absoluta esta temporada—, y deja que el conjunto hable por si solo.
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#4. Anudada al cuerpo, como en los noventa
Una silueta que vuelve, y con razón. Anudar la camisa a la cintura sobre una falda o un pantalón de talle alto realza la figura sin apenas esfuerzo, y da un giro inesperado a un look sencillo. Pruébalo con tejidos fluidos, con una falda midi a conjunto o como Emrata: combinando un total look denim en diferentes tonalidades, oversize y con maxi nudo. El más es más nunca fue tan minimal.
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#5. Con prendas totalmente inesperadas
La camisa vaquera gana fuerza cuando se mezcla con lo que, en teoría, no combina. Esto es, una falda de tul, unos pantalones metalizados, prendas de cuero o incluso animal print; y es que el diálogo entre lo utilitario y lo sofisticado tiene algo que atrae. Aquí, menos es más: deja que la camisa sea el punto de equilibrio.
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#6. En versión vestido
Si Kate Moss lo confirma, no hay opción a error. Existen mil y una variedades de vestidos con este tejido ad hoc, pero otra muy buena opción sería hacerte con una camisa unas cuantas tallas más grande y utilizarla ya sea como vestido, sobrecamisa o en looks más relajados y oversize. Y, sino, siempre quedará saquear el armario de padres, abuelos y tíos.
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#7. Un clásico: como sobrecamisa
Una capa más al layering del otoño, o como única prenda de abrigo mientras las temperaturas continúen al alza. La (sobre)camisa vaquera es, con todo, un básico incombustible y todoterreno. Y no nos olvidemos del mejor amigo de esta prenda en otoño: un tank top por debajo. Fácil, rápido y efectivo.
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