Carlota Casiraghi ofrece una clase magistral sobre cómo llevar las mary-janes este otoño.
Carlota Casiraghi tiene la fórmula para ir siempre elegante y que parezca sencillo. Ejercer como embajadora de Chanel ayuda, claro. Pero ella lo hace fácil.
La royal, que se ha convertido por derecho propio en una de las celebridades más admiradas por sus elecciones estilísticas, apostó en esta ocasión por un vestido bicolor de la maison francesa.
Un diseño brillante, pero relativamente sobrio —como siempre lo son las elecciones de Casiraghi— que dejaba a la vista sus brazos tonificados y que apostaba por las líneas más minimalistas, también en cuanto al escote —en este caso, alto— y en el largo, casi maxi.
Niviere David
Un largo muy favorecedor, pero que no siempre es fácil de defender. Por suerte, la nieta de Grace Kelly contó con unas aliadas: un diseño de mary-janes con un discreto tacón y una pulsera cerrada con un broche brillante. Discretas y que funcionaban como unos stilettos, porque elevaban el vestido sin necesidad de aportarle ese toque tan serio que a veces confieren unos tacones de aguja. Y sin renunciar a la comodidad.
Un clásico que siempre funciona, a pesar del paso del tiempo y que a Carlota Casiraghi le va como anillo al dedo.