Lleva más de dos meses en cartelera y no da señales de agotamiento. Casa en llamas, la última película de Dani de la Orden, se lanzaba el pasado 28 de junio y gracias a las buenas críticas y al fenómeno del boca oreja sigue proyectándose en los cines de las ciudades. Algo inaudito para una producción rodada en catalán, de presupuesto medio y que se batió en duelo con lanzamientos como Deadpool y Lobezno o Padre no hay más que uno 4, la última entrega de la saga de Santiago Segura y la cinta española más taquillera del año. El filme de De la Orden no ha alcanzado esas cifras de recaudación, pero se mantiene en un ritmo de espectadores constante y ya es el estreno en catalán más visto de la última década, superando a Alcarràs de Carla Simón.
Es Eduard Sola el que firma el guion de esta película sobre una familia adinerada con casa en la Costa Brava. Un género en sí mismo que el escritor ya exploró en María (y los demás) o Libertad, donde ejerció de colaborador en la construcción del libreto. Es él quien firma Barcelona, noche de verano y Barcelona, noche de invierno, dos largometrajes que también dirigió Dani de la Orden. El realizador parece mucho más cómodo con historias quizá más intimistas que cuando se pone al frente de proyectos que parecen ser de encargo, como las comedias Mamá o papá o Hasta que la boda nos separe, dos producciones que no gustaron demasiado a la crítica, pero sí fueron bien en taquilla gracias a la maquinaria promocional de las televisiones privadas.
Vercine
