Rutina de 3 pasos: así conseguí unas cejas perfectas
Nunca he tenido las cejas especialmente pobladas, por no decir directamente que apenas tengo pelo en las cejas. Mientras mi círculo de amigas acudía cada mes a la estética para darles forma, en mi caso esas citas nunca fueron necesarias —hecho que me salvó de las depilaciones extremas de los dosmil, todo sea dicho—, y nunca entendí muy bien el por qué: mis pestañas siempre han sido largas y tupidas y cada vez que me corto las puntas mi peluquera me repite que tengo una cantidad de pelo considerable, ‘¡qué envidia de melena!’. De melena, sí, pero en las cejas ni rastro de esa frondosidad. Así, con el paso de los años me convertí, muy a mi pesar, en toda una experta en la materia. He probado sérums que prometían milagros (¡decenas de esos sérums!), pomadas, tratamientos e incluso algún que otro dispositivo en casa, pero no fue hasta hace ya medio año cuando di con la rutina definitiva. Una serie de pasos sencillos, que no me da pereza seguir a diario y con los que de verdad he notado un cambio sustancial en el aspecto de mis cejas. Y como compartir es vivir, he aquí los 3 pasos fáciles que marcaron el antes y después de mi mirada.
1º paso: un sérum que cumpla lo que promete
Una cosa es segura, por muchos productos que utilicemos y aunque estos sean los mejores del mundo, el pelo de las cejas se caerá tarde o temprano. Y no es una mala noticia, simplemente una realidad: el folículo piloso pasa por las mismas fases que el resto de vello de nuestro cuerpo y, al igual que ocurre con las hojas de los árboles en otoño, este ciclo tiene un principio y un fin. La doctora Alba Gómez, Directora de la Unidad de Medicina Capilar de IMR, lo explica: “La fase anágena es la fase de crecimiento, donde la raíz del cabello produce un tallo que aumenta en diámetro y longitud. La sigue la fase catágena, de reposo o transición hacia la fase telógena, que es la fase de caída capilar. Tras acabar un ciclo, la raíz de estos tallos comenzará uno nuevo de forma continuada”. No podemos evitar esta caída, pero sí favorecer la aparición de nuevos folículos y nutrir e hidratar el pelo que ya tenemos.
Y precisamente por eso, utilizar a diario un sérum que ayude a fortalecer y ganar densidad es el primer paso, y quizá el más importante. Aura Serras, directora de Revitalash Cosmetics España, lo corrobora. “Para cuidar las cejas en casa, es importante hidratarlas para fomentar su crecimiento y obtener densidad. Esto hace que se intensifique y rejuvenezca la mirada, y se consigue con productos como sérums que contribuyen a fortalecer el cabello de las cejas mediante una serie de ingredientes que eviten la pérdida del volumen”. Aquí, como en casi todo, la constancia es clave; al fin y al cabo, no notaremos resultados si no somos constantes durante al menos un mes completo. Deberemos aplicar el producto a diario con las cejas desmaquilladas y limpias, dejando que se seque por completo antes de utilizar cualquier otro producto en la zona. En cuanto a ingredientes, activos como la vitamina E —un poderoso antioxidante—, el extracto de té verde, la trehalosa —que repara los niveles de humedad y hace que el cabello sea menos propenso a romperse— o la biotina —que acondiciona y fortalece—, serán nuestros nuevos mejores amigos.
Mis favoritos:
2º paso: maquillaje ‘eyebrows friendly’
Como adelantaba en el spoiler del principio, he probado muchos y muy variados productos para cambiar la apariencia de mis cejas. Por eso, sé que los lápices con minas duras solo conseguirán dañar el vello, y aquellos productos con texturas demasiado blandas o untuosas terminarán desapareciendo al cabo de las horas y el roce. Ya lo decía Aristóteles, en el medio está la virtud. Ahora, en mis imprescindibles están pomadas con ingredientes activos que no solo maquillen, sino que también cuiden el pelo, pinceles biselados con la dureza justa para dibujar un trazo seguro y fino, y rotuladores de punta cuanto más afilada, mejor. Además, por supuesto, de un buen cepillo para peinarlas antes y después del maquillaje —este último paso será clave para integrar el producto y conseguir un resultado natural—. “Es importante aprender a peinarlas correctamente y a utilizar un lápiz de cejas que contenga ingredientes como la vitamina E, que además de rellenarlas, las hidrate”, puntualiza Serras.
3º paso: desmaquillar (y cuidar)
Hemos interiorizado que desmaquillarnos correctamente es fundamental, más importante incluso que la propia cosmética si lo que buscamos es una piel sin textura, limpia, sin imperfecciones y, sobre todo, sana. Pero, ¿qué pasa con las zonas con vello visible como las cejas y pestañas? Ya advertíamos que su caída cíclica es inevitable, pero una correcta limpieza, especialmente ahora que la caída estacional comienza a hacer mella, ayudará a marcar la diferencia. “Con la llegada del otoño podemos percibir que nuestras pestañas y cejas se caen con más frecuencia que en otras épocas del año, esto se debe a que, durante el verano, al estar expuestas a unas temperaturas altas y al sol, su ciclo natural se altera, lo que hace que entren en un proceso de descanso deteniendo su crecimiento y esto genera que se caigan en los meses posteriores. Es decir, en otoño. Si a esto le añadimos las bajas temperaturas, las pestañas y cejas se vuelven más quebradizas”, afirma Serras. Por eso, desmaquillarlas con mimo, sin frotar en exceso y con productos que contribuyan a su cuidado, hidratación y crecimiento será el último paso de nuestra rutina si lo que queremos es conseguir unas cejas perfectas. Una vez limpias llega de nuevo la hora del sérum, y así sucesivamente. Un ciclo sencillo, pero muy efectivo. Palabra de alguien que ha recuperado sus cejas.