Champunada en seco dos veces al mes: el consejo de una experta en salud capilar
Existen trucos y tips que consiguen, sin necesidad de invertir cantidades indecentes de dinero ni hacer malabares con decenas de productos, lograr un cambio sustancial e inmediato en el aspecto de la melena. Si tienes el pelo graso, por ejemplo, la farmacéutica y experta en dermofarmacia Lena de Pons recomienda “enriquecer tu champú favorito con tres o cuatro gotas de esencia de menta cada vez que te vayas a lavar el pelo”. Si por el contrario es la sequedad lo que te preocupa, Gabriel Llano, hair artist, aconseja optar por baños de mascarilla periódicos. Esto es, dejar actuar la mascarilla durante 15-20 minutos antes del lavado. “Conseguiremos que el cabello no se parta, que no se deshidrate, que esté nutrido, que tenga brillo… Son muy importantes”, alegaba en este artículo.
Pues bien, con esta premisa, vengo a compartir un nuevo y utilísimo consejo que llegó a mi de la mano de Ángela López, terapeuta capilar del spa capilar coreano de lujo Eva Ometz. Fue justo allí, durante mi última visita al centro, cuando pronuncié en alto la gran pregunta: ‘¿Qué puedo hacer para limpiar mi pelo en profundidad? Noto que se me engrasa muy rápido y, a veces, que con una champunada no es suficiente’. “Fácil. Dos veces al mes, es buena idea aplicar el champú sobre el cuero cabelludo con el cabello seco, antes de meterse a la ducha. De esta forma actuará como una limpieza profunda, una especie de exfoliación suave que permite que el champú y, especialmente sus principios activos, actúen de forma más efectiva”, me respondía segura la experta en salud capilar.
¿Cómo funciona la champunada en seco?
Mi siguiente duda era tan obvia como previsible: ¿Cómo funciona la champunada en seco? “Es muy fácil, rápido y aporta muy buenos resultados. Verás: en la rutina diaria solemos aplicar el champú, enjuagar y listo, ¿verdad? Pues, hacerlo en seco un par de veces al mes y dejarlo actuar entre 10 y 15 minutos ayudará muchísimo, sobre todo si estás usando líneas muy hidratantes o emolientes, que pueden dejar acumulación de producto en el cuero cabelludo si el tensioactivo —esto es, agentes limpiadores que reducen la tensión superficial del agua— no es suficiente”. Okey… ¿y luego qué? “Después de eso, te metes a la ducha, enjuagas, aplicas una segunda dosis de champú (porque el primero limpia y el segundo permite que actúen los activos) y luego sigues con la mascarilla o el acondicionador, según tu rutina. No hace falta que sea un champú clarificante ni más catiónico, simplemente el habitual, pero bien aplicado”.
Desde esa tarde, he puesto en práctica su consejo religiosamente una vez cada dos semanas y, hablar de los resultados que pude observar en mi melena hasta el momento, sería básicamente repetir las palabras de la experta: noto mi pelo más limpio, brillante y suave. Y para ello no tuve que comprarme un nuevo champú, enjuagarme con agua helada ni cepillarme 4 veces al día con un peine de ébano. No. Simplemente, invertí 30 minutos de más al mes en mi cuidado capilar, y mereció la pena. Porque a problemas, soluciones.