Subversiva. ¿Cómo describir si no la carrera de Chloë Sevigny? Natural de Springfield, Massachusetts (la ciudad natal de uno de los productores de Los Simpson, que también inspiró la exitosa serie animada), Sevigny pasó su juventud cultivando el estilo alternativo de vestir, con un fuerte amor por la moda vintage, que más tarde le otorgaría fama mundial.
Descubierta muy joven por Andrea Linett (entonces periodista de moda de la revista Sassy Magazine), en el Manhattan de los años 90, la incipiente actriz se lanzó primero al mundo de las pasarelas como modelo. Gracias a su buena estrella, su encuentro con el productor Harmony Korine le valió en 1993 una aparición destacada en Kids, estrenada en 1995. Esto fue sólo el principio para Chloë Sevigny, que no solo se convirtió en un icono de la moda con un ojo y un estilo agudísimos, sino que también despuntó como actriz en una serie de películas (y papeles) de culto. No dudó en apuntarse a producciones independientes que iban contracorriente de las convenciones de la época, explorando los recovecos más oscuros de la psique humana. Coincidiendo con el estreno en el Festival de Venecia de su nueva película, After the Hunt, repasamos los mejores papeles de su carrera.
Kids (1995)
Tras una década desgarrada por la propagación de la epidemia del sida, Kids se estrenó en 1995 fruto de una colaboración entre los directores Larry Clark y Harmony Korine. La película, considerada polémica en su momento, dividió a la crítica. La película celebra sin freno a una juventud neoyorquina hedonista, sumida precozmente en el sexo, las drogas y la indigencia. Chloë Sevigny interpreta a Jennie, una niña de 12 años que mantiene relaciones sexuales con Telly (Leo Fitzpatrick), un joven de 16 que tiene como objetivo desvirgar a todas las niñas de su entorno. La película comienza con este encuentro sexual, en principio consentido, pero que toma un cariz brutal cuando Telly se niega a escuchar el “no” de Jennie, que le pide parar. Una violación marca el inicio de este largometraje casi documental sobre la juventud caída de la ciudad que nunca duerme. La búsqueda de Jennie de su identidad y sus aspiraciones se ve truncada cuando le diagnostican el VIH, a pesar de que su única experiencia sexual fue con su agresor. La seguimos mientras deambula por Nueva York, buscando a Telly para que advierta a cualquiera que haya tenido relaciones con él.
La interpretación de Sevigny sobresale en este crudo relato fantaseado de una juventud en decadencia. Su retrato de Jennie, de una ingenuidad conmovedora, es el único hilo conductor de esta epopeya de mirada pragmática. El augurio de una carrera prometedora.