Sin embargo, tomar la decisión de abandonar un trabajo que le proporcionaba estabilidad no fue fácil, ni tampoco lo fueron los cambios que supuso dejar todo por la música. “Ahora estoy viviendo una vida mucho más austera. Durante estos meses no he comprado ropa, dejé mi piso en Madrid, en el que llevaba siete años. Me he vuelto a Valencia, estoy en el campo, he reducido vida social y me he metido en una burbuja de creación”, afirma feliz, pues si algo parece tener claro la artista es que el esfuerzo le está mereciendo la pena. “Es un privilegio sudado. Por ejemplo, he vuelto a casa de mis padres, estoy viviendo de mis ahorros”, explica. “Lo más fácil era intentar compaginar el trabajo y la música para tener algo más seguro, pero al final quise ir a por ello. Y creo que ha sido la mejor decisión”, resalta con una sonrisa.
Armarse de valor para desmantelar una vida cómoda y apostarlo todo por el proyecto Chlöe’s Clue demuestra que, para la cantante, hacer música es como el respirar: indispensable. La ilusión de Raquel Adalid parece no haberse agotado con el paso del tiempo, sino todo lo contrario. El camino recorrido le ha permitido tener my claro qué tipo de artista quiere ser. “Yo no hago música mainstream. Hago pop, sí, pero no estoy haciendo un producto comercial en absoluto. Por supuesto que quiero que a la gente le guste, no digo que no a llenar un Bernabéu, pero es verdad que no estoy intentado hacer ‘el hit’. Trato de hacer algo muy curado y con muchas caricias”, confiesa decidida, al mismo tiempo que reivindica que el éxito no siempre consiste en convertirse en una gran estrella. “Mis primos me decían que tenía que tener grandes referencias y, a lo mejor, he pecado de ponerme una meta poco ambiciosa, pero es que toda la vida he consumido bandas muy nicho y es con lo que siempre he conectado”, aclara la artista que, hoy, tras cuatro álbumes publicados ha decidido que su próximo trabajo musical sea en un formato reducido.
Ismael Nasrollah