Manosanta, un proyecto de la familia Aragón, nació para poner en valor la tradición churrera y acercar este producto a los más jóvenes. Para ello, esta propuesta plantea un local de estilo minimalista y moderno, que aporta una visión más cosmopolita e innovadora a este dulce tradicional.
A su vez, aunque para realizar los churros siguen la receta tradicional, en este local se pueden degustar con azúcar, canela, leche condensada o Nutella. Su primer local abrió en 2021 en el corazón del barrio Salamanca –concretamente en la calle Hermosilla 97– y en la actualidad cuenta con dos más en diferentes puntos de la capital.
1902
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Otro de los grandes clásicos de la capital que encierra en su interior una larga tradición churrera que se extiende ya por cinco generaciones. En 1902, elaboran artesanalmente los churros y el chocolate caliente siguiendo la misma fórmula que empleaban desde la apertura del local –precisamente en el año 1902– y pasando esta fórmula de generación a generación.
En esta churrería de la calle San Martín, también luchan contra la pérdida de este tradicional dulce, por lo que desde hace varios años incluyen en su carta opciones veganas, sin lactosa, sin gluten y sin azúcar.
Chocolaterías Valor
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