Escondida en una colina en el corazón de los Valles Pasiegos de Cantabria, a una hora de Santander, Villa Slow está aislada de cualquier lugar. Es el sitio perfecto para huir de la ciudad en verano y abrazar al máximo la filosofía slow life. La cabaña tiene un toque contemporáneo y está pensada para disfrutarla al máximo con el paisaje, cerca del río y rodeada de árboles. Incluso puedes ver las estrellas desde la cama. Y si tienes suerte, tendrás la visita de las vacas del vecino por la tarde para hacer aún más especial la estancia.
Casa Otea, Madrid
Cortesía de Casa Otea, Castilla y León.
Para las más urbanitas, siempre puedes hacer una pequeña escapada de fin de semana sin desconectar demasiado. En la Sierra de Guadarrama, cerquita de Madrid, Casa Otea ofrece lo mejor del cottagecore y el hygge nórdico en un mismo lugar: una cabaña con vistas a un paraje protegido, y que piensa en el medio ambiente para que tu estancia tenga el menor impacto posible: productos de belleza e higiene naturales, café de especialidad de Toma Café, y además es pet friendly.
A Leira 116, Galicia
A Leira 116, Galicia.Stéphane Lutier