Como ya sucedió en Cardo o Celeste, por nombrar un par de proyectos en los que ha brillado, Clara Sans (Barcelona, 1996) vuelve a convertirse en la secundaria robaescenas de pleno derecho en El talento, la nueva película de Polo Menárguez. Una adaptación a la pantalla de La señorita Elsa, la novela de Arthur Schnitzler, que cuenta con guion de Fernando León de Aranoa y narra la historia precisamente de Elsa, una violonchelista que tras una vida acomodada a todos los niveles se da cuenta de que las cosas en casa no van tan bien como parece y que sus sueños no se van a cumplir si no se olvida por una noche de sus reglas morales. Ester Expósito es esa Elsa y Clara Sans es Carmen. Una, esa señorita venida a menos; la otra, la doncella que tiene que arreglar todos los desaguisados de esa panda de pijos que están celebrando un cumpleaños dentro de la mansión en la que todo sucede.
“Estaba rodando Celeste. La dirección de casting la llevaba también Luis San Narciso, vio mi trabajo en los dos primeros capítulos de la serie y me propusieron hacer también este personaje”, cuenta Clara Sans sobre el momento en el que supo que entraba a formar parte del elenco de El talento. Junto a ella la mencionada Expósito, pero también Mirela Balic, Juan Pablo Fuentes, Carlos Suárez, Itziar Manero o Pedro Casablanc. “Me mandaron directamente el guion y eso es la primera vez que me pasa en mi vida. Me quedé flipando”, recuerda la actriz. “Me reuní con Polo Menárguez, me contó el proyecto y que venía de una novela. En ese momento me pareció muy interesante y un relato del que faltan muchas cosas que contar, como el abuso de poder. El personaje, en esa vorágine de niños pijos, tenía mucho que contar sobre el problema de la clase y eso también me llamó la atención”.
Efectivamente. Carmen encarna a esa fuerza laboral que sostiene los mimbres de las vidas acomodadas de las clases altas. Limpian lo que ensucian, recogen lo que dejan por medio y bajo esa invisibilidad se enteran de absolutamente todo. “Para mí este personaje también funciona como mecanismo para empatizar más con Elsa. A través de Carmen te das cuenta de que nada está tan bien, aunque tengas dinero. A veces hay que ver más allá de las personas para entender dónde se encuentran”, cuenta.
Se desarrolla la trama durante una noche en la que la vida de Elsa se va desmoronando y durante la que Carmen aparece como una presencia casi angelical, al principio, con esa violencia contenida que solo pueden entender los que han tenido que lidiar con niñatos malcriados y, después, con una suerte de benevolencia. “Tenía todo con Ester y era muy mano a mano lo nuestro. Hubo muchos nocturnos porque todo se daba en esa fiesta, pero fue un rodaje agradable en el que estar”, comparte la actriz. “Polo tiene una forma de dirigir en la que todo el mundo está muy tranquilo, no había sensación de asfixia a pesar de que la historia tiene un poco de eso”.