¿Cómo cuidar nuestra piel en verano?
Estamos en pleno verano: el índice UV está por las nubes, la mayoría ya ha metido los pies en el agua y los helados nocturnos se han vuelto parte del ritual. ¿La vida es bella, no? Pero con el cambio de estación también cambian nuestros hábitos, y cuando hablamos de cuidado de la piel lo ideal es adaptar nuestra rutina a las necesidades específicas que surgen en esta época del año. Hidratantes ligeros, protección solar obligatoria y una bruma refrescante pueden convertirse en nuestros mejores aliados para combatir los efectos del calor sin renunciar al autocuidado.
Y no se trata solo de elegir texturas más livianas; también debemos prestar atención a los ingredientes. Hay activos que ayudan a calmar y refrescar la piel, y ahora es momento de buscarlos —conocemos de sobra los estragos que el sol puede causar en la piel, desde irritaciones hasta quemaduras, y no deberíamos tomarlos a la ligera—. Si hasta ahora no habías reparado en los ingredientes que necesita tu rutina de verano, no te preocupes: aquí tienes la respuesta a todas esas preguntas que te estás empezando a hacer.
Los ingredientes que tu piel amará en verano
El calor, el sol, el cloro y la sal pueden pasar factura a la piel, y la mejor forma de contrarrestarlo es con una rutina que incluya ingredientes de acción calmante e hidratante. Aloe vera, pepino, camomila, caléndula o ácido hialurónico son algunos de los que pueden transformar tu piel en verano, ayudándola a mantenerse fresca, hidratada y libre de irritaciones. La reputada facialista Carmen Navarro esquematiza sus beneficios:
- Aloe vera: Calma, reduce la inflamación y refresca la piel al instante, ideal tras la exposición solar.
- Pepino: Aporta frescor, descongestiona y ayuda a reducir la hinchazón.
- Camomila: Disminuye rojeces e irritaciones, perfecta para pieles sensibles o reactivas.
- Caléndula: Favorece la reparación cutánea y actúa como antiinflamatorio natural.
- Ácido hialurónico: Mantiene la hidratación incluso con altas temperaturas y previene la pérdida de agua transepidérmica.
¿La mejor forma de incorporarlos? “Depende del momento y del tipo de piel. Las brumas son perfectas para reaplicar a lo largo del día, sin alterar el maquillaje. Los sérums son ideales por la noche, con texturas ligeras que penetran en profundidad. Las mascarillas con efecto frío son un gesto perfecto tras la playa, y las cremas deben contener estos activos para mantener la hidratación durante todo el día”, afirma Navarro. Aunque, explica Aline Neumann, experta en formulación cosmética y creadora de Método R, estos ingredientes si bien aportan propiedades humectantes, calmantes y refrescantes, su eficacia depende de varios factores clave: “La calidad del extracto, la concentración utilizada y la sinergia con otros activos en la fórmula«. Además, destaca la vitamina C, la niacinamida y el pantenol como esenciales por sus propiedades antioxidantes, protectoras y calmantes.
Así como tu piel amará estos ingredientes, existen otros que conviene evitar si planeamos una exposición repetida el sol como retinoides, ácidos glicólico o salicílico y algunos aceites esenciales. “No se trata de eliminarlos por completo, pero sí de usarlos con precaución, preferiblemente de noche y siempre con fotoprotección al día siguiente”, explica Navarro.
Consejos para mantener tu piel fresca y sana (incluso con un UV alto)
No todo se reduce a qué ingredientes usar; la forma en que los aplicamos es igual de importante. En vacaciones tendemos a relajar la rutina y, según Navarro, ese es uno de los errores más comunes. “Otro es pensar que la piel grasa no necesita hidratación. El sol, el cloro y la salitre deshidratan la piel y, si no la nutrimos, puede volverse más reactiva o apagada. También olvidamos limpiarla correctamente o reaplicar el protector solar cada dos horas”. En esta línea, Aline Neumann confirma que “uno de los mayores errores que cometemos en verano es pensar que podemos hacer borrón y cuenta nueva con nuestra rutina de cuidado. El verano no es el mejor momento para introducir activos potentes. La simplicidad y coherencia son la clave».